martes, 17 de noviembre de 2009

Lo que no estaba destinado a ser.

Como este tipo de eventos se dan poco en mi vida, los vivo al tope, al máximo de emociones. Como no estoy acostumbrado a este tipo de emociones, me afectan mucho. Como soy muy emocional, casi sentí ganas de llorar.

Parece que hay quienes están destinados a ser protagonistas en la vida y otros como yo, nacidos para vivir en las sombras, fuera de la vida, como fantasmas. A mí me toca observar desde mi exilio cómo soy despojado con la mayor facilidad de aquello que valoro.

Es increíble que lo que no logré en casi 2 años, lo consigue otro salido de la nada y en cosa de un mes. Aquello que no logré fue conquistar a una chica, cosa que sí logró otro a 2 meses de haberla conocido. O sea, me dieron baje. Y yo, todo este tiempo pensando que estaba forjando una relación con ella.

No estaba logrando nada.

Es la "química", el carisma, la afinidad, cosas de las cuales carezco y que no puedo desarrollar porque no dependen de mí. Así que siempre estaré en desventaja en este aspecto. Pero no es sólo eso. Creo que en el fondo yo sabía que esta chica no sentía lo mismo que yo por ella. Siempre la sentí como lejana, distante, como que me mantenía "a raya". Mi vínculo con ella no era tan sólido como pensé. Sin mayor problema me descartó, como si tuviera el poder de desvanecerme, borrarme de su existencia. Así, como si nada.

Creo que este fracaso se debe también a mi reticencia a hablar sobre aspectos superficiales de mi vida y mi persona. Sí, todos esos referentes externos: mis gustos, metas, inclinaciones, etc. Referencias que le hicieron falta para formarse un concepto tangible sobre mí. Mi carácter reservado y mi falta de atención a las cosas de este mundo no me ayudan mucho.

Ahora me vienen a la mente algunas pequeñas manifestaciones de crueldad de su parte. Se daban de esta forma: muchas veces, cuando yo le expresaba algo, como se dice, "con el corazón en la mano", ella simplemente manifestaba una ligera indiferencia, o reía burlonamente, o hacía algún comentario despectivo. Todas las emociones que ponía en mis palabras, para ella no eran más que exageración o cursilería, y no me tomaba en serio. Eso me parece un tanto cruel. Pero en ese entonces no lo percibía, y si lo hubiera visto no me habría importado. Mi pasión por ella me cegaba y no me permitía ver muchas cosas. Cuando uno se enamora hace muchas tonterías, cosas que usualmente no haría, porque se actúa desde las emociones y no desde la razón. El enamoramiento es como un trance. Se olvida uno de muchas cosas, descuida otras y su mente es gobernada por la persona amada.

Pero, nuevamente, como hace casi un año, mi alma ha sido restaurada al liberarse de la incertidumbre. Ella era algo así como un Talón de Aquiles, me vulneraba mucho. Ahora que me ha descartado, y tengo claro lo que siente por mí (nada), no puedo más que sentirme liberado. Se cerró un ciclo, y eso me permite seguir avanzando. Me siento traicionado, engañado, despojado y confundido, pero estas emociones serán disueltas en tanto me enfoque en ellas. Antes hubiera usado esta experiencia como justificante para encerrarme en mí mismo. Ahora veo que gracias a ella descubrí que aún tengo la capacidad de amar.

No voy a mencionar su nombre, pero le deseo lo mejor y merece vivir plenamente y ser feliz.

lunes, 2 de noviembre de 2009

De cara al abismo.

No podría describir la soledad de forma teórica, sino cuando se hace presente. Así que este es el momento para hablar de ella.

Es una sensación de recogimiento que surge del corazón y golpea la conciencia; ésta responde pensando en los elementos de los que podría hacer uso para afrontarla, dejar de sentirla, huir de ella. En esa búsqueda de elementos noto que tengo el ceño fruncido y una tensión que se extiende desde el pecho hasta el cuello. Es una molestia, una incomodidad; una ansiedad, una ligera angustia. Siempre que llega me pregunto, ¿de dónde proviene? ¿por qué nunca puedo dilucidar su origen? ¿Será endógena? ¿Será el silencio lo que la llama? ¿O será que realmente, a pesar de vanagloriarme de mi autosuficiencia, mi espíritu necesita y exige la cercanía de un alma amiga? ¿Y eso la disolvería?

La experimento como una pérdida de realidad, como si toda mi vida, anterior al tiempo presente, hubiera sido un sueño, tan irreal como el futuro. Así que escribo sobre ella, como esperando apresarla con palabras y encerrarla en ellas, con la esperanza de dejarla atrás y que mi vida se torne de nuevo tangible.

Siento cómo me constriñe. Pero no me mata, no es letal. Siempre sobrevivo a ella. Es como estar frente a un abismo al que nunca se cae.

Percibo cómo se opone la razón a este abismo. ¿De dónde surge y por qué? Por el momento no encuentro otro recurso para lidiar con este padecimiento mas que la razón. Si lo examino lo suficiente quizás descubra que encierra un Bien dentro de sí, que aún no soy capaz de ver. Quiero pensar que esta soledad no es vana, sino que tiene un sentido. Y si descubro que lo tiene, triunfaría sobre ella definitivamente.

¿Cómo se sentirá mi alma si la supero? ¿Cómo será mi vida interior entonces? Lo sabré cuando me rinda y trascienda al abismo.

Entradas más leídas