jueves, 28 de octubre de 2021

El primo esquizo.

Esta entrada es una apostilla a la anterior. Quiero aclarar que mi catarsis no proviene directamente de la enfermedad que consumió la mente de aquel primo, sino del modo tan grotesco en que esa familia se desmoronó. Vamos, cayeron de su pedestal de «superioridad» y terminaron desechando a uno de los suyos.

En relación con las enfermedades mentales creo que son el mal de nuestro tiempo y el primo jodido es prueba viviente de que un padecimiento de estos puede arruinar una vida.

Yo mismo me he visto severamente truncado por la agorafobia y la fobia social al punto de devenir marginado, entre la indolencia y la despersonalización. En 2004 caí en un estado de discapacidad extremo, al punto de casi morir de inanición, sobreviviendo de restos en la basura y la comida más barata posible, siendo además objeto de humillaciones por esa situación. A la fecha me siento proscrito y deshumanizado, aunque ya no tanto como años atrás. Pero no dejo de ser una persona disfuncional y basta ser expuesto a determinadas situaciones para que mis deficiencias emerjan.

Lo que sí condeno es la negligencia tan ojete a que este primo se vio objeto por parte de su propia familia. Esto tiene su por qué en su vínculo de décadas con la secta cienciología. Este culto considera todo tipo de terapia o tratamiento psiquiátrico como destructivos. A la vez que propone su propio método "revolucionario" para la salud mental: la auditación. Una suerte de introspección guiada que supuestamente depura recuerdos traumáticos, liberando al paciente de emociones negativas y demás trastornos.

En los sitios web y libros críticos hacia la secta se han recopilado testimonios de ex miembros que fueron sometidos a numerosas sesiones de auditación. Experimentan una euforia de inicio, pero esta se va diluyendo poco a poco hasta derivar en ansiedad, depresión, ataques de pánico, etc. Además, las auditaciones carecen de evidencia científica.

Si esa familia no estuviera enajenada por las pendejadas de ron hubbard (el creador de la secta esa), quizá el destino de este primo habría sido diferente al recibir un tratamiento apropiado, en vez de ser sometido a auditaciones que sólo enmascaran y minimizan problemas graves. No afirmo que una terapia con un especialista calificado lo habría "curado" pero sí que al menos hubiera conservado cierta dignidad y calidad de vida.

Lo sorprendente es que esta gente (incluído mi padre) se haya mantenido a flote tanto tiempo, no gracias a la cienciología, sino a pesar de ella. Meterse de lleno a esta cochina secta es generarse problemas de a gratis y complicar o dejar crecer los ya existentes.

martes, 26 de octubre de 2021

Schadenfreude.

Por puro ocio se me ocurrió teclear en la búsqueda de FB mis propios apellidos. El buscador de esa red social muestra resultados variados de personas, páginas, grupos y publicaciones.

Entre estas últimas me apareció una donde se mencionaba el nombre de mi hermano. Resultó ser el perfil de uno de estos parientes que me quitaron mi casa, que a la fecha sigo tratando de recuperar.

El post era conciso pero extraño. Este personaje solicitaba que alguien contactara a mi hermano para pedirle prestada su camioneta. 

En primer lugar, mi hermano falleció hace más de diez años. Segundo, jamás tuvo una camioneta. Seguí revisando el perfil con los posts en su mayoría públicos. Y cuentan una historia delirante.

Este sujeto tuvo la idea de viajar a EU para trabajar en el cine, al lado de artistas y cantantes. Creyendo que todo iba a resultar fácil, se aventuró sin un plan y sin visa siquiera. Quedó varado en el norte del país, sin trabajo y sin dinero.

En su muro abundan los posts con exigencias disparatadas de ayuda monetaria. Pide que alguien (padres, hermano, parientes, conocidos, desconocidos, occisos, quien sea) le deposite el dinero suficiente para comprar un auto, comida y pagar una renta. "Deposítenme 100 mil pesos" que ni siquiera pide por favor: los exige, como si fuera obligación de terceros ya no ayudarlo, sino resolverle la vida (para quienes no viven en México, 100 mil pesos es una cantidad desorbitada que no cualquiera tiene; es dinero que muchos no veremos jamás).

El resto de posts son las fantasías antes mencionadas sobre ser actor, para lo cual no tiene ni estudios, ni talento, ni carisma. Otros son frases inconexas sobre extraterrestres, fantasmas, conspiraciones. Se dice víctima de experimentos humillantes a los que debió someterse por necesidad. Le inyectan cosas, le roban sus pensamientos, dice.

Cabe mencionar que sus posts son mensajes al vacío. Nadie le responde ni le da un mísero "like". Todo su muro es un monólogo sin respuesta. Si alguna vez tuvo alguien que lo valorara, está ausente. Lo abandonaron todos.

Este es el primo que no estuvo en las audiencias y del que mi prima sugirió que se había vuelto un lastre para todos, dejando claro que tenía "problemas mentales" aunque sin especificar cuáles.

No soy experto, pero a juzgar por el perfil, este individuo padece esquizofrenia. Por lo menos tiene varios de los rasgos que enumera Mayo Clinic: comportamiento desorganizado o compulsivo, habla incoherente y falsa creencia de superioridad, por mencionar los más evidentes.

Es claro que hubo un cisma dentro de esa familia. Siempre supimos que entre ellos no se llevaban bien pero trataban de enmascararlo. Eran la clásica gente "mala vibra", difícil de tratar, esa que sabe más que tú, que tiene una historia mejor que la tuya, que conoce gente más importante de la que tú conoces, etc. Y siempre hablando de armonía, confianza, unión y afinidad.

No me queda más que reconstruir con base en conjeturas lo que les pasó, aunque no es tan complicado: simplemente su "relación familiar" se volvió insostenible. Tantos años de mentiras cobraron peso y su falso aprecio mutuo por fin se desmoronó. Sumado a la situación actual donde los padres, rondando los setenta años, ya no son capaces ni de ayudarse a sí mismos, comenzaron a marcar distancia con sus propios hijos.

Lo que debió colmar el vaso fue el deterioro mental de este primo, que su familia aprovechó para deshacerse de él, dejándolo ir a la deriva, sabiendo que fracasaría y esperando no volver a saber más de él. Y así como no tuvieron la empatía para ayudarlo en sus evidentes trastornos, tampoco lo ayudarán a regresar, y terminará como indigente en el norte del país.

Estas son las personas que sin fundamento me acusaron a mi de abandonar y hasta maltratar a mi padre. En cambio, lo que hicieron ellos, desahuciar a uno de los suyos sin consideración, eso es deplorable y criminal. Estos seres nefastos se han evidenciado solos.

Y sé que es mezquino de mi parte, pero me da gusto que por fin la vida los haya castigado un poco.



miércoles, 13 de octubre de 2021

No mucho después de tanto.

Desde abril se han ido postergando los trámites y audiencias que ya tendrían que haber ocurrido para inicios de este octubre. El abogado pretexta la apatía imperante en los juzgados, alimentada por la pandemia. Todo se vuelve más lento, se va emplazando a otras fechas.

He tratado de aprovechar el tiempo para cultivar el mindset mínimamente adecuado que requieren asuntos de este tipo. La verdad es que no podría informar de ningún progreso. Me siento igual, reacciono igual. Misma ansiedad, misma apatía. No tengo capacidad para aprender de la experiencia.

Leí con cuidado un par de libros de estoicismo y voy por un tercero. Me queda claro de qué va pero lo que está ahí plasmado no deja de ser una fantástica teoría. A fin de cuentas todo trata de esbozar un arquetipo, es decir, figurarnos lo que un hipotético sabio (no una persona real) haría en circunstancias difíciles, para luego tratar de emularlo.

He aquí un ejemplo que no es la gran cosa: cada vez que la vida te coloca frente a eventos inesperados, tú te creas un discurso interno con el cual filtras esos eventos. Dicho discurso es el conjunto de las mentadas impresiones o representaciones. Muchas veces nos agobian más nuestras elaboraciones mentales sobre el evento que el evento en sí (por cierto que estos eventos no necesariamente han de ser siempre grandes catástrofes; a veces topar un vecino basta para amargarnos y rumiar el encuentro, en un bucle de lamentos sin sentido).

Se trata entonces de examinar ese discurso y depurarlo hasta purgar las impresiones disparatadas y fatalistas. Bien ejecutado este sondeo, practicándolo regularmente como un hábito, alcanzaríamos el mítico estado de apatía, una suerte de semi invulnerabilidad, un blindaje mental, cimiento de una tranquilidad a prueba de cualquier percance, no importa lo inesperado o poco familiar que este nos parezca.

Suena genial, pero eso no le pone freno a los ataques de pánico, los desequilibrios químicos del cerebro, etc. Como sea, es mejor que nada: una última línea de defensa que podría o no funcionar. Aquí lo explican mejor.

Lo extraño es que, aunque mis circunstancias son mejores ahora, lo que no ha mejorado soy yo y diría que voy a peor (estoy tan inmerso en las diligencias pendientes que le resto valor al presente). Es tan raro, porque va contra la creencia establecida de que el cambio ha de darse primero en lo psicológico para que lo externo se componga.

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