Se me considera el tipo raro
que no conversa. Simplemente no "me nace" participar activamente en una charla. Y las raras veces que pretendo expresar una idea, las palabras no fluyen: apenas un interlocutor de monosílabos. Lo peor es que el mutismo se nota, y uno queriéndose ocultar en él, termina expuesto a las observaciones y cuestionamientos de siempre. "Tú casi no hablas, ¿verdad?".
Peor se pone el asunto cuando alguien se empeña en sacarnos las palabras; como si fuera uno un lisiado al cual echarle una mano para que pueda andar; como si uno quisiera o pudiera ir más allá de sí mismo.
Unas veces por voluntad, otras por temor, el mutismo me acompaña y precede.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas más leídas
-
Ignoro quién sea su autor pero esta imagen (o texto sobre fondo negro) resume la actitud que a veces estamos obligados a asumir. Sop...
-
I. Estoy en mi cuarto, escribiendo naderías en un viejo cuaderno en espera de que la batería del celular se haya recargado al 100%. Es un ...
-
Desde abril se han ido postergando los trámites y audiencias que ya tendrían que haber ocurrido para inicios de este octubre. El abogado pre...
-
Esta entrada es una apostilla a la anterior. Quiero aclarar que mi catarsis no proviene directamente de la enfermedad que consum...
-
Por puro ocio se me ocurrió teclear en la búsqueda de FB mis propios apellidos. El buscador de esa red social muestra resultados variados de...
No hay comentarios:
Publicar un comentario