domingo, 28 de mayo de 2017

En la pesadilla.

Imagina esto: una noche recibes un mensaje vía redes sociales de un pariente que no has visto en veinte años y te informa crudamente que tu padre ha muerto y ha sido ya cremado. Tomas una hora para intentar asimilar la noticia, pero lo único que logras es sentirte íntegramente rehén de las circunstancias. Hablas con los respectivos parientes y te tachan de mal agradecido, te ofenden, te culpan de dicha muerte y además te dicen que tu casa ya no es tu casa. Pasados unos días vuelves a casa y encuentras que la cerradura ha sido cambiada.

De pronto, no solo estás en la calle, sino que gran parte de tu historia e identidad te es inaccesible. Tras esa puerta yacen tus libros, tu ropa, tu mascota… todo se te arrebató de golpe. No es un simple asalto callejero, en que se te despoja de bienes sustituibles y que no trae mayores consecuencias. No. Es algo semejante a una amputación. Se te ha desarraigado de tu entorno, de tu ámbito afectivo, de tu refugio, donde podías confinarte a la reflexión, a la re-construcción de tu alma.

Por necesidad has de aceptar alojamiento indefinido en un lugar donde tu libertad tiene restricciones y por tu situación vulnerable te hallas a merced de humillaciones que debes pasar por alto cada vez, en agradecimiento por la ayuda. Tienes que pagar esa benevolencia con lo poco que te resta de dignidad.

Luego buscas ayuda legal y nuevamente, debido a tu situación precaria, alguien más te tiende la mano con los gastos. En tu iniciativa por recuperar tu hogar has abierto las puertas del infierno: un pleito en materia penal que te obliga a sumergirte al bajo mundo de los “servidores” públicos y los procesos marcados por la ley. Rendir una declaración, ratificar la denuncia, aportar información.

Todo este cuadro puede parecer fácil de confrontar para una persona normal, cuya amígdala (esa parte del cerebro que se activa ante el peligro disparando el mecanismo “huída o lucha”) funciona perfectamente. Una persona con un rol social validado y en crecimiento. Una persona que se le reconoce funcional y que se considera a si misma capaz. Excelente. Solo una adversidad más, que debe resolverse paso a paso haciendo lo que se debe hacer según avance o se complique.

Ahora intenta imaginar lo que esta adversidad significa para un hombre con pánico social, nulas habilidades, timidez innata y una obvia falta de confianza y seguridad. Sólo puede ser títere de las circunstancias y verse atrapado en una pesadilla.

Resultados del test de ansiedad que realicé.

lunes, 8 de mayo de 2017

Balance.

Un somero resumen de mi experiencia en el aspecto legal que me he visto obligado a enfrentar. Envié este texto a una página relativa a estos asuntos, a fin de hallar algo de orientación y quizás un poco de esperanza...

Buenos días: 
Quisiera saber si me sería posible recuperar mi departamento. Expongo mi caso lo más claro posible sin extenderme mucho, omitiendo detalles irrelevantes: 
Desde hace 30 años vivo en un departamento. Vivía con mi familia (mis padres y mi hermano) pero mi madre falleció hace 20 años, mi hermano falleció hace 10 y mi padre hace dos meses (principios de Marzo). 
Debido a cuestiones personales suelo ausentarme de casa por periodos extensos de tiempo (semanas o incluso meses). Un sábado por la noche recibo un mensaje vía Twitter de una prima (sobrina de mi padre) y me informa que mi padre había fallecido tres días atrás, además de que ya había sido cremado. También me dice que durante mis días de ausencia, mi tía (hermana de mi padre) trató de localizarme. Entonces mi prima me proporciona el número de mi tía. 
Le marco a mi tía y me culpa de haber abandonado a mi padre y ser indiferente con él. Me dice que el departamento ya no era mío y que no querían volver a saber de mí.
Al día siguiente regreso al departamento, donde permanecí un par de horas, luego regresé con mi novia. 
Vuelvo una semana después y encuentro que han cambiado las cerraduras. Desde entonces no he podido acceder a él. Todas mis cosas (documentos personales, objetos con valor emotivo, además del resto de mis bienes y una modesta cantidad de dinero) quedaron dentro, inaccesibles. Asumo que mi tía y sus hijos hicieron posesión de él. 
Fui al Ministerio Público a levantar una denuncia por despojo (que en dos meses ya he ampliado y ratificado tres veces). La agente con quien estoy llevando el proceso hace mucho hincapié en mis días de ausencia del departamento y la salud de mi padre, desviándose del delito que denuncio, que es el despojo. Ya le presenté mi identificación oficial que acredita mi domicilio, así como las escrituras del departamento (que di a guardar a un tío, hermano de mi madre, hace tiempo) y la constancia del Registro Público de la Propiedad, que demuestran que está a nombre de mi madre. 
La agente se muestra renuente a validar mi testimonio: dice que nada de lo que he declarado demuestra que yo vivo ahí y tampoco prueba que mis parientes me despojaron. Me solicitó hacer un listado de los bienes que hay en el departamento y su ubicación exacta dentro de él, lo cual me parece absurdo, pues no recuerdo todo a detalle, además de que probablemente la tía que me despojó ya se habrá deshecho de muchas cosas y los del MP ni siquiera han ido a investigar. 
También me ha pedido presentar por lo menos dos vecinos como testigos de conocerme desde hace treinta años y de haber visto a mis parientes entrar y salir de mi departamento. Le propuse que enviara gente del MP a entrevistar a mis vecinos directamente en sus casas para no hacerlos acudir, pero se negó e insistió en que debían presentarse ahí. Ya hablé con mis vecinos pero temen involucrarse a pesar de que les dije que sólo deben decir la verdad. Mi vecina de enfrente teme que mi tía se entere y tome acciones en su contra. Yo los entiendo: no es agradable formar parte de asuntos de este tipo. Y a mí me avergüenza darles a conocer mi situación y hacerlos partícipes de ella.  
Mis preguntas son, ¿es posible que mi propia denuncia se torne en mi contra, al ser desvirtuada por la agente del MP como un caso de maltrato de mi parte hacia mi padre? Si bien mi padre y yo estábamos algo distanciados, jamás hubo violencia de mí hacia él ni viceversa. No hablábamos mucho, pero nos respetábamos. 
Si mis vecinos no acuden al día citados por el MP, ¿puede ser desechada mi denuncia? Sospecho que de último momento no se presentarán, ya que los noté incómodos al plantearles que debían ir personalmente al MP. Si no asisten no lo tomaré a mal, pero entonces, ¿cómo haré entender a la del MP que siempre he vivido ahí? 
De antemano muchas gracias por la orientación y disculpen la molestia.

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