Le pedí una semana de exilio y me la concedió. No tenía otra opción. Yo tampoco: estoy cansado. Necesito aire, soledad, reencontrarme con la sensación de aislamiento que era y es mi elemento.
Me limité a argumentar que quería pasar unos días en casa, que extrañaba mi vida previa. Y no mentí. Me alivia que haya aceptado tan simples razones porque evitamos una confrontación y en realidad mayores motivos no tenía.
Aún así, la paz no ha sido total. La tecnología impide la desvinculación completa, y nos arrastra como si fuera extensión de uno mismo. Todavía no llego al extremo de experimentar ansiedad sin mi dosis digital, pero la necesidad ya ha sido implantada, y a diario participo de las redes sociales que según aborrezco, donde se encuentra "ella": en su ausencia me acosa su fantasma virtual.
Extensos diálogos en su mayoría forzados, aunque de vez en cuando fluyen bien. No siempre se está en vena. Pero para ella uno siempre debe estar dispuesto. ¡Quéingenuidad! Como si un espíritu volátil se fuera a subordinar al capricho ajeno.
Si algo me provoca rechazo es que se me considere perteneciente a alguien, quien sea. El apego a mi persona no es algo que me halague.
Quisiera vegetar estos días plenamente, pero aquí está ella, omnipresente.
Me limité a argumentar que quería pasar unos días en casa, que extrañaba mi vida previa. Y no mentí. Me alivia que haya aceptado tan simples razones porque evitamos una confrontación y en realidad mayores motivos no tenía.
Aún así, la paz no ha sido total. La tecnología impide la desvinculación completa, y nos arrastra como si fuera extensión de uno mismo. Todavía no llego al extremo de experimentar ansiedad sin mi dosis digital, pero la necesidad ya ha sido implantada, y a diario participo de las redes sociales que según aborrezco, donde se encuentra "ella": en su ausencia me acosa su fantasma virtual.
Extensos diálogos en su mayoría forzados, aunque de vez en cuando fluyen bien. No siempre se está en vena. Pero para ella uno siempre debe estar dispuesto. ¡Quéingenuidad! Como si un espíritu volátil se fuera a subordinar al capricho ajeno.
Si algo me provoca rechazo es que se me considere perteneciente a alguien, quien sea. El apego a mi persona no es algo que me halague.
Quisiera vegetar estos días plenamente, pero aquí está ella, omnipresente.
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