martes, 7 de diciembre de 2021

Contracorriente.

La semana pasada (hace ocho días para ser exactos) acudí con mi abogado a una audiencia decisiva para mi caso. Era una audiencia en la que supuestamente los nacos que habitaban mi departamento debían presentarse y justificar su estancia ilícita, sin contrato de arrendamiento.

Pero desde que recibieron la notificación de la demanda en abril, huyeron furtivamente sacando sus cosas a deshoras. A su vez metieron a otra gente. Creen que mantener un ciclo de gente que va y viene eternizará un proceso que les permitirá poseer el inmueble... un razonamiento muy estúpido, porque lo que sigue es solicitar el desalojo y listo, se vuelve irrelevante quién o cuántos nacos estén ahí dentro.

Así que por fin puedo decir que hay un avance objetivo en mi fatigosa pugna por recuperar lo que de forma legítima me pertenece. Este tipo de procesos son lentos y se han vuelto más torpes debido a las medidas contra el covid. Es lo que hay y no queda mas que adaptarse a ello.

No puedo quejarme. En España por ejemplo, existen los llamados «okupas» una fauna que se dedica a invadir inmuebles escudándose en su situación de calle. Algo así como los «paracaidistas» en México pero con el plus del chantaje moral. De forma aberrante, el estado favorece a estos okupas pisoteando los derechos de los auténticos propietarios. Por fortuna, tal aberración impulsada por la ideología progre aún no se aplica aquí, pero creo que es cuestión de tiempo.

Hace tres años, el gobierno bolivariano que ahora padecemos intentó castigar a los propietarios que querían desalojar y recuperar su inmueble, con una medida insultante: el propietario debía costear la renta de otro inmueble para los indeseables inquilinos, gastos de mudanza incluídos. No se habló mucho de esta jugada sucia del gobierno pero hubo algunos avispados que la interceptaron y echaron atrás. Era apenas una iniciativa pero de haberse implementado, hubiera sido (y en el fondo lo era) una suerte de represalia a los propietarios por el sólo hecho de tener un patrimonio. Así que la amenaza del socialismo anda rondando, tanteando brechas aquí y allá por las cuales filtrarse.

Como sea, a pesar de todo y contra todo, por fin me anoto una victoria, pequeña pero sólida. Jamás me creí capaz de lidiar con tanto. Kudos a mi abogado, dicho sea de paso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas más leídas