Hace un mes se me ocurrió suscribirme a un foro pero apenas ayer activaron mi cuenta. Antes de eso podía entrar pero sin participar, lo que no tenía mucho sentido. Tuve que invocar al Dios Administrador mediante un sensible mensaje privado para que validara mi cuenta.
Ahora tengo otra plataforma para expresarme, con la diferencia de que en un foro no se puede escribir sin pasar desapercibido, a lo cual no estoy acostumbrado. Al menos el nick me protege y nadie sabe ni sabrá jamás quién soy, lo que amortiguará los golpes psicológicos de las refutaciones y posibles ridiculizaciones a lo que ahí exprese.
Justo ahora estoy tratando (y digo tratando) de redactar un mensaje de presentación, como se acostumbra en esos sitios.
Sobre mi vida en el mundo real, como siempre. Plana y poco estimulante, con excepción de los libros. Entre el mes pasado y éste leí Ciberputeadores en Internet, que no está mal, y Los Cuatro Acuerdos, que está más o menos. Ambos de fácil lectura, adecuados para mi poca concentración.
viernes, 17 de diciembre de 2010
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