martes, 15 de marzo de 2011

Ah... los días aciagos.

Detrás de una simple frase, que hace un par de días usé en Facebook para describir mi estado, se halla un cúmulo de problemas que me ocupan. Estoy a punto de quedarme sin empleo. No he recibido mi paga completa así que me he visto forzado a administrar mis recursos con más rigor. Luego este molesto dolor de muela, que debo aplacar con analgésicos a falta de un buen dentista que por el momento no puedo pagar.

Mis nuevos vecinos, horda de sub-humanos, se han adueñado de mi pasillo: ahora es su tiradero particular. ¿Razonar con ellos y explicarles las normas básicas del respeto a la propiedad ajena? Imposible.

Quería arreglar mi casa este año, pero es absurdo plantearse grandes planes cuando apenas se cuenta con lo justo para comer y pagar las cuentas. Me preocupa la puerta. La misma desde hace 20 años, está a punto de caerse a pedazos. Por cierto, cada vez que alguien toca a mi puerta, no puedo evitar agitarme un poco pensando que podría ser aquella stalker.

Mi computadora ya comienza a fallar, y sin ella quedaría prácticamente incomunicado. Y aunque soy más bien impopular, aprecio a los que componen mi cerrado círculo... a algunos más que otros.

Ya viendo mi problemática escrita, no me parece tan grave. Pero no dejo de sentirme limitado, adolorido, invadido, frustrado, preocupado y presionado. Y lo peor es que no estoy haciendo nada por remediarlo. Permito que las cosas me rebasen, contemplando cómo sobrevienen. Entonces me dedicaré a recoger mis propios restos, y lentamente me reconstruiré, para seguir viviendo en modo zombie.

Y no faltará el que me diga, con aires de sabiduría, que la vida es lo que se hace de ella, y yo tendré que agradecer su magnífica observación. Luego ese mismo u otro pasará a juzgar mi actitud pasiva para alimentar su ego, a lo cual deberé agradecer sumisamente por guardar las formas y no mandarlo lejos como se merece.

Sí, esto parece un lamento, pero no me engaño. Sé exactamente dónde se está el problema. Lo exterior es sólo una consecuencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas más leídas