"No tienes 852 amigos. Tienes alrededor de 4. Y eso es bueno. 4 amigos con quienes charlar. Es mejor que 848 amigos que no quieres ver pero estás feliz de tener. ¿Por qué tener tantos amigos si te encoges cada vez que escuchas ese sonido? Uno o más de esos "amigos" están husmeando tus fotos justo ahora. Te están juzgando. Yo no. No pienso que hayas ganado peso desde la escuela. No pienso que mi gusto en música sea más diverso que el tuyo. No pienso que tus pechos lucen bien en aquella foto y debo dejar de hacer lo que estaba haciendo para masturbarme ante tu imagen.
9 solicitudes de amigos de gente que odiabas en la escuela. Acéptalos de todos modos. Más amigos, igual a más popular, igual a mucho mejor. Tal vez mi vida sea mejor que las suyas y pueda sentirme bien conmigo mismo por un segundo. Él es un diseñador gráfico en Rockstar Games... ¡Rayos! Eso es mejor que ser maestro de Inglés en Corea del Sur. Bueno, al menos es divorciado. LOL.
Este no eres tú. Tú no eres eso en la vida REAL, así que no seas eso en línea. Irónicamente, has de estar viendo esto en Facebook ahora. Me impresiona que tu capacidad de atención se haya estrechado tanto. Pero sabe esto... eres mucho más interesante que tu perfil. Mucho más hermosa que tu foto de perfil. Ustedes son gente hermosa y más maravillosa en persona.
Gracias por ver."
Pienso que las redes sociales no son malas en sí mismas. Depende del uso que uno les dé. Basta con no proporcionar demasiados datos personales (aunque estos sitios estén diseñados para que proyectemos todo sobre nosotros) y ser selectivo con los contactos que agregamos. También es esencial no expresarse mal de nadie y ser discreto.
La ventaja (¿o desventaja?) de Facebook es que uno siempre está ahí, al alcance y ubicado. Hace 3 meses desactivé mi cuenta, y confieso que volví por una sola persona: esa chica linda a quien ya tuve el honor de conocer. Antes me hubiera parecido extraño conocer gente por medio de Internet, pero a estas alturas resulta habitual.
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