miércoles, 1 de junio de 2011

Lo que queda...

Desde que conscientizé su indiferencia, aquella experiencia se tornó irreal para mí. No es ya como un recuerdo, sino como un producto de mi imaginación. Mi mente le restó realidad a ese hecho que en verdad ocurrió.

Sé que es un hecho real por las evidencias físicas, objetivas. Sin embargo mi mente lo invalida como hecho real e interpreta como imaginario. Trasladó el evento a la parte que almacena las fantasías, no la memoria (que por cierto falsea todo en el proceso y mucho de lo que almacena es difuso).

No sé por qué mi mente hizo esto. Me gustaba recordar aquello como algo real.

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