'S' comentó una noche reciente a raíz de un documental sobre narcotráfico que se emitía ese momento, de la 'inteligencia' que requiere ese negocio para 'ser un grande como el Chapo' (burlar, corromper o desafiar autoridades, ganar terreno a cárteles rivales, etc). Si bien alguna vez los reconoció como criminales, es evidente que su actitud hacia estos personajes y sus 'hazañas' es más de admiración que de condena. Una actitud a mi juicio, asquerosa.
Habría que verla, tan animada al tocar precisamente ese tema, y notar el brillo en sus ojos en cada oportunidad que los medios le brindan para contribuir a la noticia en turno con algún dato que en ella no se haya incluído. Nada hay de malo en informarse. El punto es que 'S' intenta enmascarar su idolatría por el mundo del narco, como interés por estar al tanto. Si fuera así, reflejaría idéntico interés por ampliar su conocimiento sobre diversos temas y comunicaría sus hallazgos con la misma pasión que exhibe sobre ese tema en particular (cuando se escatimó el número de cuerpos 'cocinados' por 'el Pozolero', 'S' se refirió a la cifra como una persona normal se refiere al récord o logro de su deportista favorito; ni un viso de horror o desprecio).
'S' usa a este respecto un curioso subterfugio: desplazar el juicio reprobatorio de quien vende la droga, al que la consume. Según ella, el deterioro social no proviene del narco (ni contribuye a él), sino de una generación sin educación ni ideales que adquiere su producto. Así, el primero está libre de culpa, pues no daña a la sociedad: tan solo capitaliza el deterioro social que generó el segundo, y es éste último el que merece condena (??). A mi modo de ver, tanto uno como otro surgen del mismo conjunto de factores y uno no existe sin el otro. Siendo así, la admiración de 'S' por el narcotraficante también debería alcanzar al comprador, pues éste patrocina los elementos que ella tanto admira en aquél. Pero no es el caso. Para ella, un 'Chapo' Guzmán es un tipo inteligente al burlar leyes y autoridades en favor de un negocio ilegal y violento. Además fue considerado en Forbes como multi-millonario... ¡qué importa si es un criminal! No cualquiera logra lo que él (???).
Antes la hubiera, si no secundado, al menos seguido el juego con alguna pregunta ingenua o un vago asentir, para que su entusiasmo no se desvaneciera en el aire. Pero esa noche, mientras cenábamos y se emitía el documental, ya no tuve ánimo de hacerlo. Tan solo guardé silenció, bajé la mirada y me abstraje en disfrutar mi café, sin conceder atención a necedades.
martes, 14 de abril de 2015
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