lunes, 17 de agosto de 2020

5 mg.

He de confesar algo que posiblemente merece la censura porque es una imprudencia de mi parte, aunque en mi favor debo decir que la desesperación me movió a ello, y cómo iba dejar pasar la oportunidad. Una persona muy cercana me ha facilitado un ansiolítico. Esta persona no es psiquiatra, pero me ofreció discretamente una tira de este medicamento. Sé de los peligros que conlleva el auto medicarse, y aún más tratándose de este tipo de fármacos. En primer lugar generan adicción fácilmente y en segundo pueden generar efectos secundarios terribles. Aprovecho para disuadir a quien lea esto, de hacer lo que un servidor.

Pero, la primera vez que la tomé... guau. Hacía años que no me sentía así de bien. El sistema nervioso necesitaba ya un estate-quieto importante. Si he estado más o menos a la altura de los acontecimientos estas últimas dos semanas ha sido por eso. Sé que está mal, pero por eso sólo la tomo para eventos específicos. No es mi desayuno. Espero evitar así la dependencia porque además debo reservar algunas dosis de esta tira para las audiencias que tarde o temprano he de enfrentar. Por ahora sólo la tomo como medida de emergencia, solo para frenar los ataques de pánico.

PD: añado el testimonio de alguien que se ha sumergido en la ansiedad y ponderado sobre ella desde un enfoque humano, añadiendo algunas pautas para combatirla. Aunque no todo ha de tomarse a  pie de letra (no abandonemos jamás el sentido crítico), creo que lo empírico a veces tiene más valor que el frío análisis clínico.

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