Ayer Domingo 27 desperté bastante inquieto. No sé por qué, pero de repente sentí una intensa nostalgia por C. Sybil, y un deseo asfixiante por saber de ella y contactarla. Estuve hundido en la cama, recordándola durante una hora. Pensé que lo primero que haría al levantarme sería enviarle un correo, pero fue una idea producto de la oleada de nostalgía que me invadía y no la llevé a cabo.
¿Qué podría decirle después de un año sin comunicarnos? Sería muy bajo y cínico de mi parte escribirle «Hola» como si nada hubiese pasado. Mi última respuesta fue despreciable... producto de sentirme un poco agredido, pero despreciable. No estuve a la altura y debí aceptar sus justas y merecidas reclamaciones. Excepto por una cosa: en el último mail que recibí de ella (de Diciembre del 2010), me acusaba de andar por ahí con el «cuento» de ser virgen, y que ella sabía que esto no era así.
Ya confesé que mi pérdida de la virginidad fue demasiado tardía, en Marzo del presente año (2011). Por eso me sentí calumniado cuando ella, tres meses antes, me acusó de mentir diciendo que era virgen. Y jamás mentí.
Pero mi sentir con respecto a ella no tiene relación con esto, sino con que este Domingo pasado, súbitamente desperté extrañándola. Y aunque no le envié ese correo, todavía ronda en mi mente hacerlo.
Pero al sentarme aquí e intentar escribirle unas líneas, me quedo en blanco. Me siento estúpido y culpable. También me refrena el pensar que no sería sano ni benéfico para ella. A estas alturas ya me habrá superado y olvidado, e intervenir de nuevo en su vida sólo le causaría estragos. Tal vez sólo pretendo colmar egoístamente mi propia nostalgia.
A veces pensábamos muy distinto; las más parecíamos almas gemelas. Pero ella ha sido la única mujer que realmente me ha amado.
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