jueves, 17 de noviembre de 2011

NaNoWriMo.

Miércoles, 5 de Octubre, 2011.

Desconectarse es buen estimulante para despertar la creatividad. El tiempo libre que hubiese ocupado navegando una y otra vez por las redes sociales, lo he invertido en pensar, hacer ejercicio y ahora escribir.

El próximo mes podría invertir mejor mi tiempo libre. Estoy pensando en participar en Nanowrimo (National Novel Writing Month, traducido como el Mes Nacional de Escribir una Novela). Ignoraba que esto existía hasta que lo leí en un twitter de alguien que sigo y también piensa participar. Ahí voy de borrego.

Es un concurso que se realiza anualmente en el que los participantes tienen el plazo de un mes para escribir una novela. No importa el tema ni la estructura. El objetivo es dedicarle tiempo y cumplir de una vez por todas, una de esas metas que siempre decimos que lograremos algún día pero siempre dejamos para después. La recompensa es la mera satisfacción de haberla logrado.

Realmente me entusiasmó saber que había algo como esto. Quizá es la motivación que necesitaba para embarcarme en un proyecto que siempre he tenido en mente y jamás he realizado. Durante un tiempo me propuse la posibilidad de ser escritor. Pero pensándolo bien se requieren cualidades que no tengo y que jamás podría desarrollar: cultura, buena redacción, amplio conocimiento del idioma y sobre todo, imaginación.

La virtud de Nanowrimo es que no exige rigor, así que hay lugar para todos. La idea es cumplir una meta y divertirse durante el proceso, así que no hay motivos para presionarse por el estilo o lo buena que nuestra novela pueda llegar a ser. El único requisito es que el escrito debe estar compuesto de al menos 50, 000 palabras, lo que sería en promedio unas 1667 palabras diarias. Otra regla es que la novela debe iniciarse justo el 1ro de Noviembre (y entregar la obra el 30 del mismo mes), pero es válido realizar esquemas previos.

Parece fácil, pero la verdad no tengo ni idea de cómo escribiría a ese ritmo durante un mes. Ni siquiera en este diario puedo hacerlo, ¡ni siquiera divagando podría hacerlo! Para colmo, no he elegido un tema. Se me ocurren un par de ideas, ambas muy convencionales. Sin embargo, el escritor frustrado que llevo dentro se siente entusiasmado ante la idea de embarcarse en este proyecto. Y si lo hiciera, no tendría una novela formal ni decente, pero sí un buen manuscrito de 50, 000 palabras.

No al Nanowrimo. 

Lunes, 17 de Octubre, 2011.

Ya lo he pensado bien. No voy a participar en NaNoWriMo. Mis condiciones actuales me lo impiden. Será un mero ejercicio libre cuya única regla demanda cierto número de palabras, pero no tengo la concentración para llevar a cabo siquiera ese requerimiento. No es que me falte el ánimo, pero no me siento apto para escribir sostenidamente durante un mes.

 Resulta un tanto patético desistir de un proyecto que no ha sido comenzado. Pero así son las cosas a veces. Uno se entusiasma ante la idea de emprender algo, le da vueltas en la cabeza un tiempo, comienza a vislumbrar los obstáculos, éstos comienzan a hacerse presentes. Sopesa uno sus posibilidades y después de tanto mareo mental, se renuncia.

Oh, pero seguiré al pendiente de lo que surja en NaNoWriMo, como mero observador.

Mi fallida incursión en NaNoWriMo.

Jueves, 17 de Noviembre, 2011.

Finalmente decidí participar.

Empecé con mucho ánimo (ya me veía restregándole en la cara a todo mundo mi novela publicada) pero el impulso creativo duró poco: menos de quince días. Este tipo de empresas requieren tiempo e inspiración, y yo no tengo lo uno ni lo otro. Además violé una recomendación importante que es divertirse escribiendo. Hice lo contrario: presionarme a lo tonto y tomármelo demasiado en serio. Pero cuando menos lo intenté, y no es un consuelo vano. Ahí dice en el FAQ de NaNoWriMo, «Win or lose, you rock for even trying».

Cuando inicié no tenía en mente nada interesante pero confiaba en que algo bueno surgiese en el proceso. Se me ocurrió una historia muy básica que se desarrolla en la actual Ciudad de México. Trata de un individuo de veintisiete años con severas dificultades para relacionarse con quienes le rodean, que vive más en sus pensamientos que en el mundo real y tiene una profunda a aversión a nuevas experiencias. Sí, es ligeramente auto-biográfico. Y digo «ligeramente» por que el personaje es como yo pero elevado a la millonésima potencia.

Tenía ganas de colocarlo en situaciones insólitas, pero todas involucraban zombies, abducciones extraterrestres y duelos mentales (tipo Scanners), cuestiones que se salían del cauce que las primeras líneas habían tomado. Lo que alcancé a escribir (poco más de 10,000 palabras en tres capítulos) antes de que la imaginación se agotara obviamente no es muy bueno, ni siquiera aceptable. Pero me sirvió como práctica y fue un interesante experimento.

Tal vez lo retome después. Por lo pronto ahí queda un borrador que gracias a NaNoWriMo ha brotado. El resultado obviamente es mediocre, solo una tentativa de alguien que está lejos de ser escritor.

"Epílogo de un Alma Inconclusa".

Capítulo 1: La cita esquizoide.

Capítulo 2: El rumbo incierto.

Capítulo 3: Hombre insignificante.

Capítulo 4 (incompleto): Demonios del parque.

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