sábado, 17 de diciembre de 2011

Sociedad rozagante.


Antier se me presentó una serie de eventos que, por un lado, me desanimaron un poco y por otro, acentuaron esa sensación de individualidad. Llegué a sentirme anacrónico y fuera de lugar.

Mi valoración de las cosas ha cambiado. Lo que antes me hubiera sido indiferente ahora es objeto de atención y viceversa. Algunas cosas que antes les hubiera dado una importancia desmedida, comienzan a parecerme irrelevantes.

Pero mi perspectiva global sobre la vida y lo que me rodea sigue siendo poco favorable, y con razón. Es irónico que yo, el más anti-social, me apegue a las normas más básicas del respeto al prójimo y los que parecen acoplados a su entorno tengan visos irrespetuosos.

Hace dos días fui testigo de una falta de respeto a un adulto por un imberbe que no llegaría a los 17 años. Me sorprendió su cinismo; pienso en cómo será a los 20 o 25. Posiblemente con el tiempo madure y corrija su actitud. Pero también los he visto comenzar con faltas de respeto menores que con el tiempo se incrementan y empeoran.

Bien pudo tratarse de un incidente nimio. Pero es por consentir estas "nimias" faltas de respeto que la sociedad se encuentra cada vez más deteriorada. Me alegro de no estar completamente integrado a ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas más leídas