Terminé de leer un libro horrendo llamado «Cuerpos sucesivos» de Manuel Vicent. Me queda claro que quien me lo regaló no me conoce muy bien. Antes de ese bodrio había leído al espléndido Stefan Zweig.
Es como probar una fruta echada a perder después de degustar un manjar.
A veces siento que las personas me regalan libros como se le arrojarían despojos a un animal enjaulado. Leer mucho no significa leer cualquier cosa.
Es como probar una fruta echada a perder después de degustar un manjar.
A veces siento que las personas me regalan libros como se le arrojarían despojos a un animal enjaulado. Leer mucho no significa leer cualquier cosa.
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