Tengo fobia social. La esencia de dicha fobia, en mi caso particular y según mis introspecciones es miedo a la confrontación, miedo al enfrentamiento (obviamente no físico sino verbal). Sería feliz si lo superara, no porque entonces andaría buscando altercados por ahí, sino por que si fuese necesario lo haría sin problema. Tengo presentes todas las ocasiones, anteriores y actuales que habrían sido tan diferentes de ser resuelto o arrojado. Estoy seguro que gran parte de una vida feliz se fundamenta en el aplomo.
En un foro de fobia social un usuario apuntaba que su comportamiento es como el de un robot. Es increíble el daño que esta fobia puede causar: repercute incluso en el lenguaje corporal y el tono de voz. Suponiendo que el usuario que se describe así sea joven, hace más triste su testimonio. Que la fobia social malogre tan pronto una vida resulta trágico. Ese joven se perderá de tantas cosas y lo peor es que es consciente de ello. Si algo contabiliza con pesar un socio fóbico son todas esas experiencias omitidas. Poco importa si acaso más tarde las circunstancias ofrecen algo en “compensación”. Lo que se pierde no se recupera jamás.
Los que padecemos fobia social anhelamos la construcción de ese aplomo que no tenemos. Pero actualmente no existe técnica o tratamiento al alcance y si lo hubiera, no nos sería accesible, por cuestiones económicas (los ingresos de un socio fóbico suelen ser escasos, debido a sus obvias deficiencias). Imaginar una posibilidad que no existe es como estar de pie frente a un acantilado y soñar con que algún día habrá ahí un puente que podríamos o no cruzar.
En verdad, que vida más miserable la nuestra.
En un foro de fobia social un usuario apuntaba que su comportamiento es como el de un robot. Es increíble el daño que esta fobia puede causar: repercute incluso en el lenguaje corporal y el tono de voz. Suponiendo que el usuario que se describe así sea joven, hace más triste su testimonio. Que la fobia social malogre tan pronto una vida resulta trágico. Ese joven se perderá de tantas cosas y lo peor es que es consciente de ello. Si algo contabiliza con pesar un socio fóbico son todas esas experiencias omitidas. Poco importa si acaso más tarde las circunstancias ofrecen algo en “compensación”. Lo que se pierde no se recupera jamás.
Los que padecemos fobia social anhelamos la construcción de ese aplomo que no tenemos. Pero actualmente no existe técnica o tratamiento al alcance y si lo hubiera, no nos sería accesible, por cuestiones económicas (los ingresos de un socio fóbico suelen ser escasos, debido a sus obvias deficiencias). Imaginar una posibilidad que no existe es como estar de pie frente a un acantilado y soñar con que algún día habrá ahí un puente que podríamos o no cruzar.
En verdad, que vida más miserable la nuestra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario