miércoles, 19 de octubre de 2011

Una vida patética.

Ya es Miércoles 19 de Octubre, casi cuatro de la mañana. El tiempo pasa volando, pero no se lleva consigo la desazón.

Una semana difícil. Nuevamente, he decepcionado a mi otrora musa. Me insinuó una invitación a tomar un café para charlar porque se sentía muy mal. Aunque conversamos hasta la madrugada por Messenger, no es lo que ella quería. Por más que lo intento, no puedo dejar de quererla. Pero no soy capaz de demostrarlo como ella esperaría (sí, prometí dejarla en paz, y suspendí comunicación con ella. Pero una noche, simplemente ya estábamos charlando como antes, y admito que sentí mi alma restaurada).

Otra curiosidad. De la nada, una persona con quien jamás imaginé entablar amistad (o quizá algo más) me da visos de aprobación. Me sorprendió muchísimo. Lo hubiese esperado de algunas personas excepto de ella. Por el momento estamos «rompiendo el hielo» poco a poco. Esto debería ser motivo de alegría. Pero todo es una ilusión que sólo traerá consigo un saldo negativo. No pasará del flirteo y se aburrirá de que no se concreta porque yo no hago nada. Se aburrirá y alejará, frustrada por haber perdido su tiempo.

¿Cómo explicarle los estragos de la soledad a una persona común, para quien flirtear y conocer personas son elementos intrínsecos a su vida? ¿Cómo hacerle ver que existen vidas en las que el factor básico es ser un cero a la izquierda, y que es prácticamente imposible romper con eso? He de decir a mi favor que al menos he sido amable, discreto y respetuoso. Pero tal vez ella quisiera ir más allá, y es a lo que le temo. Lo sé. Tarde o temprano se decepcionará, pero estoy pensando en cómo decepcionarla pronto, antes de que esto (que no sé si es amistad o flirteo) avance más.

A veces me parece aberrante estar rodeado de gente tan valiosa. Yo, un hombre irrelevante, he sido afortunado al conocer a esas personas. Siempre trato de darles lo mejor de mi (lo poco que hay), no con intención de ganarme su aprecio o quedar bien con ellos, sino con la intención de devolverles algo de lo que me han dado. Como me gustaría retribuirles más, y ser para ellos lo que esperaban. Pero soy un ser humano insuficiente, antisocial, insensible, torpe, pobre de espíritu. ¿Qué derecho tengo yo de involucrarme con ellas?

Suficiente por hoy. Me siento agotado y falto de concentración. Necesito descansar para lo que pudiera ocurrir mañana. 

Veamos con qué me sorprende la vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas más leídas