jueves, 27 de octubre de 2011

Suele pasar...

La noche anterior soñé que, saliendo de casa, encontraba una billetera tirada. La abrí y contenía bastante dinero. Extraje de ella un billete de $200 que deslicé al bolsillo izquierdo de mi pantalón. El sueño era difuso, pero la sensación de descanso psicológico era muy tangible. Aquí en México, quienes somos de clase media-baja llegamos a quedarnos en "ceros", es decir, hemos de apechugar constantemente.

Ah sí, contaba mi sueño. Del descanso psicológico en él, pasé a una profunda decepción y un sentirme descubierto cuando el dueño de la cartera apareció. Y me dijo fríamente, "hey, esa cartera es mía". A lo que respondí, "por supuesto señor, estaba ahí tirada y la recogí. Tome".

 Maldición, hasta en mis sueños las cosas me salen mal.

 El poseedor de la carteta revisó la misma un tanto escéptico pero luego se mostró satisfecho. Luego me hizo la plática sobre lo preocupado que estaba por haberla perdido y lo bien que se sentía por recuperarla. Y yo, "sí, claro". Entonces recordé el billete en mi bolsillo izquierdo pero dentro de mi sueño pensé que ya era demasiado tarde para devolvérselo, porque entonces revelaría mi intención de conservarlo.

Afortunadamente desperté, librándome de tan embarazosa situación onírica. Pero traje conmigo esa impresión de poseer ese billete. Me levanto. Reviso mi pantalón y en efecto, hay un billete de $200 pesos... lo único que me resta para sobrevivir la quincena.

Espero tener mejor suerte la próxima vez.

 

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