martes, 28 de agosto de 2012

Día "X".

Hacía tiempo que no dormía tan bien. Ya me hacía falta una noche de buen sueño. Debería retomar la sana costumbre de dormir temprano aunque eso implique sacrificar mis horas de mayor lucidez.

Ya hace varios días que no converso con nadie. Me refiero a charlas extensas. Quizá esté mal que lo diga pero ya me hacía falta descansar un poco. Además últimamente no me he sentido en vena. Hay días que simplemente no estoy de humor. Cuando me obligo a conversar el diálogo no fluye y me siento acorralado ante cada aportación de mi interlocutor, porque no sé qué o cómo responder: me quedo "en blanco".

Hay veces que supero ese "bache" y de repente la charla ha cobrado ritmo. Me sucedía mucho con una novia, C.S. Había noches que en verdad no tenía esa chispa para platicar. No es que no quisiera, sino que me sentía indispuesto. Tenía qué exprimirme el cerebro para estar a la altura y brindarle una charla satisfactoria.

Me llama la atención que muchas personas creen que soy inteligente. La verdad es que soy casi un iletrado. Pero ante ellas no lo parezco o no lo notan y eso que jamás he intentado disimularlo. Es curioso. Quizá el exilio me ha hecho valorar más una plática pues prefiero que sea sustanciosa. Si no puedo ofrecer una plática digna, prefiero no tenerla.

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