12:14 PM.
Salí a las 10 AM a depositar $20 pesos de crédito a mi celular, para enviar algunos mensajes. En la puerta de entrada a la unidad me topé con unos vecinos. Les dio gusto verme. Me saludaron como si fuera un gran amigo para ellos, lo cual me sorprendió mucho y me agradó. Creo que no son tan fríos. Yo siempre he sido el distante. Me hicieron la plática y no me costó trabajo conversar con ellos mientras caminábamos. Se despidieron y cada quien partió por caminos distintos.
Ya habiendo regresado le envié un mensaje a una amiga que cumple años hoy ("S"), y me invitó a su cumpleaños con anticipación (antes de quedarme sin Internet) pero por obvias razones no podré asistir, aunque me habría gustado hacerlo si no fuera por mis condiciones de austeridad y timidez. Yo le gusto y me dijo que de cumpleaños querría un beso mío.
Quizá mañana se lo cumpla.
En cambio me cité con otra amiga ("M") a la que también le gusto, pero ella me intimida menos y además se lo debo porque la conozco desde hace tres años pero no en persona. Desde entonces ha querido conocerme. Y hoy estoy en vena. Solo tengo dinero para mis pasajes. No podré invitarle un helado siquiera. Pero ya era justo dejarme ver. Además le hará bien. Ella me ha dicho que soy el amor de su vida, que no quiere andar con nadie mas que yo, etc. Creo que hoy se desengañará y verá lo común y gris que soy. Quiero que eso pase; quiero perder valía ante ella para que deje de atormentarse por mi. A ella le pasa conmigo lo que a mi me ocurre con «Y»; no merece eso. Quedamos de vernos a las 4 de la tarde cerca de su casa.
Voy a ducharme y a comer algo. Mi dieta de hoy consistirá en huevo con arroz y ensalada.
Al regresar, usaré el crédito restante de mi celular para dedicarle una breve y explosiva llamada a la señorita «Y». Le diré que, aunque ella ya no me quiera, yo la quiero, la extraño y es el amor de mi vida. No ganaré nada con ello pero tampoco tengo qué perder. Después de estar tanto tiempo fuera de la vida, exponerme y volver a cometer errores hasta me da gusto.
Es hora de salir.
10:50 PM.
Regresé hace casi dos horas. Estuve con "M" desde las cuatro hasta las ocho en una plaza cerca de su casa. En cuando me vio, me abrazó. Estuvimos platicando y recorriendo la plaza, aunque la mayor parte del tiempo ella conversaba y yo escuchaba (siempre he sido pésimo para sostener conversaciones). Me habría gustado comprarle al menos un helado pero fue ella quien me lo invitó a mi. Sentados en una banca me abrazó, y buscaba mi ojos, pero me intimidaba y me hacía reír nerviosamente.
Sin embargo disfruté mucho su cercanía física y su cariño. "Ya hacía tiempo que nadie me abrazaba; ya me hacía falta", le dije. Del modo en que me abrazó, su cuello quedaba cerca de mi boca y no sé por qué, sentí el impulso de besarlo. A ella le gustó tanto como a mi. Nos dimos mucho cariño, pero yo me refrenaba por la gente alrededor. Me habría gustado estar con ella en un lugar más solitario, donde hubiera más intimidad. En un momento dado, me robó un beso. Pero fue tal mi nerviosismo que no le correspondí bien. Hacía tanto que no sentía otros labios tocar los míos.
Cuando la acompañe a tomar su pesero, le dije:
- Te dije que era como un robot. Ya ves que no mentí.
- Un robot no se pone nervioso; un robot no sonríe - me respondió.
Nos dimos un gran abrazo y me plantó un intenso y fugaz beso en la boca.A pesar de mi cortedad la traté bien, le correspondí lo más que pude y aunque no pudo disimular su aburrimiento, ya satisfizo su deseo de verme y besarme.
Basta un mínimo de confianza; solo eso. Y la vida comienza a tomar un cauce distinto.
Creo que ya me he demostrado tener el valor para hacer y lograr cosas que creía inaccesibles. Mi confianza ha sido parcialmente restaurada. A partir de ahora las cosas irán mejor.

Estúpido ingenuo.
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