De hecho he estado pensando en desaparecer de Internet. Tengo cuentas en cada sitio de uso común: Facebook, Twitter, etc. Lo que me hace contemplar mi «suicidio virtual» se desprende de incidentes como este, en que mi identidad digital me es inaccesible. No me gusta estar sujeto a tal accidente, y poder conectarme o no según las circunstancias dispongan.
Podría desaparecer y nada se pierde. No hace mucho me quedé siete días sin Internet y durante ese tiempo no recibí ningún mensaje, es decir, nadie notó mi ausencia o a nadie el importó. Me alivia saber que mi partida definitiva no sería importante. Tengo la certeza de que no decepcionaré ni sorprenderé a nadie.
No tengo pendientes importantes. Esto es para mi un mero pasatiempo, no una herramienta de trabajo.
Debo meditarlo seriamente, sobre todo en lo que perdería. Por ejemplo (es una tontería, pero bueno), ya no sabría mucho de cierta persona, ni estaría enterado de sus actividades, lo cual no es mi asunto pero de algún modo me sigue importando. Esto también indica lo entrometido que me he vuelto. Antes de tener Internet yo no era así.
Quizá conservaría mi blog, y mi cuenta de Hotmail, ya que tengo cosas importantes en Skydrive. Y eso sería todo. Extrañaría este entorno, sí, pero yo estaba muy bien antes de internarme en él, así que no perdería nada. Simplemente regresaría a mi condición anterior. Otra opción es conservar cada cuenta, pero dejarlas en «animación suspendida», y entrar a ellas ocasionalmente para que no sean borradas por falta de uso.
Yo me subí voluntariamente al «tren de Internet». Lo hice como mera tentativa, jamás para meterme de lleno. No lo hice para hacer amigos ni conocer gente, sino por cultura general. No digo que no me guste, o que no valore a la gente. Me ha encantado todo lo que este medio ofrece, y me ha permitido conocer gente excepcional. Pero sería un acto de congruencia: es una aberración que un ente anti-social como yo participe en redes sociales.
Y como escribí al principio, me molesta estar sujeto al azar, y eso me hace sentir que nada de lo que he creado aquí me pertenece realmente. Quizá es un bien que esto suceda. Es como un recordatorio de que no debo sujetarme a algo inestable.

No hay comentarios:
Publicar un comentario