jueves, 22 de septiembre de 2011

Voluble...

¿Por qué aquellas cosas que consideraba superadas irrumpen y conmueven mi psique? En mi intelecto ya había resuelto ese padecimiento. Pero en mi corazón permanecen las brasas, que arden de nuevo ante la más suave corriente de aire. Pasión, enamoramiento. Sentirse desplazado, esclavitud.

No importa cuánto me aleje, aún puede afectarme su veneno. Porque mi corazón sigue vinculado, asociado a ella. Abordarlo hasta el cansancio con objetividad ha sido inefectivo para purgarlo de este mal. El corazón es voluble, no se deja domesticar ni se somete a mis reglas: no desear, no sentir, no desbocarse; permanecer inmutable, libre.

¿No había decidido ya, en profunda introspección, abrazar la soledad e independencia?

¡Corazón, deberías aceptar mis razonamientos o morir y dejarme en paz!

"It's full of stars", de Thomas Zimmer.

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