viernes, 19 de agosto de 2011

Sin novedad al frente.

Me levanté cansado. A pesar de que ya no soy joven, insisto en conservar ciertos hábitos que me hacen daño. Pero amo esos momentos de exilio. Me proporcionan entretenimiento y calma. Pasar una noche en vela escribiendo o leyendo es alimentar el alma, restaurar el espíritu de las faenas del día. A veces me atemoriza un poco la idea de salir y enfrentar al mundo, pero vivo en él y debo jugar con sus reglas.

Sigo pensando en algunos incidentes recientes y el modo de repararlos. Creo que nada los compensa. Una sincera disculpa es lo que por el momento puedo ofrecer. No estoy seguro si lo hago para reparar el daño o por egoismo: no soporto el cargo de conciencia y quiero liberarme de él. En la calle voy formulando el modo de ofrecer mis disculpas. Tendré que saborear de nuevo lo amargo de mi error.

Esto no era lo que yo quería para mi. Me deleito en justificaciones como la falta de oportunidades debido al país en que vivo. No es que yo sea incapaz, es que el entorno sólo me permite empleos poco satisfactorios. Mis opciones se reducen en medida que mi edad aumenta. ¿Qué pensaría mi madre si me viera?

Hay algo que me devuelve cierta paz. Ya compré un poco de alimento para mi gato. No sé por qué, pero me preocupa más su hambre que la mía. Yo podría pasar uno o dos días de ayuno sin problema, pero no soporto que mi gato padezca tal rigor. Desde la mañana se encontraba inquieto.

Hace un mes que me dejé crecer la barba. Por fin tengo ese aspecto de ermitaño que en mi adolescencia deseé. Sé que es algo infantil pero me gusta pensar que esta barba ha endurecido mi semblante. Algunos me han preguntado si me encuentro deprimido o algo así. No contaba con que debía plantarme frente a mi entorno inmediato y darle razones de mi nuevo look.

Voy a conectarme un rato a Messenger. Espero no haya muchos contactos conectados. No me gusta bloquear o ignorar a nadie, y no soy muy hábil en las conversaciones múltiples. Siempre he preferido la charla selectiva, sólo así se puede profundizar en los temas. Saltar de una charla a otra sólo produce respuestas vacías para ganar tiempo, lo que es una falta de respeto y una actividad hueca.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas más leídas