jueves, 18 de agosto de 2011

Un tipo mezquino.

En verdad que mi torpeza no tiene límites. Por querer darme cierta importancia, una vez más, hago sentir mal a alguien. A veces pienso que debería alejarme completamente de los más cercanos a mí, al menos por un tiempo.

Esas personas que toleran mi forma de ser. Quienes a pesar de mi torpeza y arrebatos de arrogancia (no sé de dónde provienen) siguen conmigo. Un día me quedaré completamente solo a menos que cambie mi actitud.

No me importa quedarme solo. Sería justo y bien merecido. Pero he de suavizar esas aristas en mi carácter, no por mí, sino por ellos. Gente de gran corazón que es víctima de mis arranques de inmadurez.

Mis intentos por darme mi lugar resultan equívocos y contraproducentes. Es como cuando uno quiere lucirse y queda expuesto como el más idiota. Definitivamente no es lo mío intentar hacerme notar. Los resultados son siempre penosos.

Llega a entristecerme lo miserable que puedo llegar a ser. Ojalá esas personas a quienes he hecho sentir mal no me dieran tanta importancia. Ojalá pudieran darse cuenta de mi poco valor.

Pero creo que me he precipitado a escribir sobre esto sin previa reflexión. En fin, mañana será otro día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas más leídas