domingo, 31 de octubre de 2010

Encuentro onírico.

Hoy soñé contigo, Bebé. Fue así: me encontraba aquí en casa y me hice consciente de tu presencia incierta; estabas y no estabas. Fui del cuarto a la sala a buscarte, porque te encontrabas enferma y temía que te pasara algo. Te sentía desprotegida y no podía permitirme descuidarte otra vez.

¡Entonces apareciste, de la nada!

Subiste a mis piernas, te acaricié. Pero la puerta de la casa estaba entreabierta y te saliste. Fui tras de tí para evitar que te fueras. Por primera vez en mi vida no me importó la presencia de los estúpidos vecinos.

Ya iba a tomarte en mis brazos de nuevo pero desapareciste. Desperté.

Estoy durmiendo a deshoras, no estoy comiendo bien. No tengo problema en ayunar uno, dos o tres días. Me abandono, pierdo lucidez. Pero no me importa, me encuentro en mi ocaso y lo acepto. Por eso escribo este sueño dulce-amargo. Porque, aunque sea una experiencia onírica, es tan valiosa como cualquier experiencia real, porque me permite verte otra vez.


Te quiero, mi bebecita.

sábado, 30 de octubre de 2010

La tragedia de ser uno mismo.

Debo admitir que soy socio fóbico. He sido invitado a fiestas, reuniones, salidas al cine, al café, a pasar el rato, etc. En vez de alegrarme con cada invitación, me crea una carga sicológica de compromiso, de quedar bien, de temor a ser ridiculizado. Por eso las rechazo.

Los eventos sociales me matan. No resisto la convivencia, el movimiento, el bullicio. Esa incómoda tensión silenciosa. Pero antes no experimentaba esto. Tiene su explicación. Desde que las cosas me comenzaron a salir mal y los demás comenzaron a salir adelante, se fue creando una distancia entre ellos y yo. Ahora me encuentro hasta cierto punto marginado.

A raíz de mi fracaso general en la vida, los eventos sociales se han convertido en tortura. Es como ir al matadero. Lo que más me incomoda son esas insidiosas preguntas que tarde o temprano me son dirigidas; ¿qué haces ahora? ¿a qué te dedicas? Preguntas hechas para enorgullecerse de sus logros y destacar mi fracaso.

¿Qué necesidad tengo de exponerme a ese tipo de humillación? Esas invitaciones no son honestas. Además, ¿cómo podría convivir con gente que me tiene en mal concepto?

Quizá debería asistir a cada evento al que se me invita, armado con cinismo. Pero no puedo evitar sentirme tenso. Mi complejo es tal que aunque haya librado alguna reunión sin haber sido hostigado con cuestionamientos, no dejo de sentirme inferior. Lo malo es que no todas las invitaciones son malintencionadas. Hay personas que han demostrado apreciarme, pero el software, la costumbre de protegerme se impone.

Podrá ser una resolución inmadura o precipitada, pero prefiero estar solo.

viernes, 29 de octubre de 2010

Om.

Ahí está, importunando. ¿Es mi imaginación o realmente es tan malo? Parece que se empeña en ser desagradable y lo consigue exitosamente, para hacerse notar. Intento hallarle cualidades que modifiquen mi concepto sobre él: no las tiene. Bueno, debo ser justo. Su única virtud es su ausencia, pero esta aún no se hace presente. Tendré que esperar.

Está por demás sugerirle algún cambio. Hacerle notar a una persona sus defectos, que esta los acepte e intente cambiarlos, eso jamás ha sucedido. Aquí todos somos perfectos. Tendré que buscar las causas de mi rechazo hacia este ente en mí mismo: no es él sino mi intolerancia.

Por este tipo de gente coqueteo con el Ateismo. Si Dios existiera no le concedería a estos seres el privilegio de vivir. Dios, si realmente estás ahí, y eres tan piadoso como presumen tus creyentes, no te pido que lo elimines, ni que lo arrojes por una eternidad al Hades, solo que lo expulses a algún lejano páramo donde no moleste a nadie.

Sigue aquí. En efecto, Dios no existe. Al menos lo intenté.

Hay males que son inevitables. Ante la impotencia que estos producen, es mejor cambiar nuestra actitud hacia ellos y tratar de darles un sentido elevado, por ejemplo, como medio de superación espiritual: la vida me ha colocado en una situación de convivencia con este ente para desarrollar paciencia, tolerancia y comprensión. Y aunque se roba mi oxígeno, también tiene derecho (inmerecido, dicho sea de paso) a existir.

Esta es la única ventaja que se me ocurre sacar de mi desafortunada situación, de su presencia pestilente. Literalmente. El tipo mantiene contaminado el ambiente fumando inmisericordemente. Su organismo no parece resentirlo. Me pregunto si algún día lo hará. No es que lo desée...

jueves, 28 de octubre de 2010

Letras coartadas.

Tenía ganas de escribir en mi otro blog pero esa sensación de sentirme vigilado me frenó. Algunos que leen mi blog me conocen, y sin darme cuenta comienzo a escribir a la defensiva, cuidándome de no dar detalles, sacrificando mi libre expresión por temor al juicio que formen sobre mí, manifiesto o no.

Comienzo escribiendo con desfachatez, con cinismo, libremente. Acto seguido me pongo a revisar una y otra vez el texto, analizando cada párrafo, no en busca de errores ortográficos sino de contenido, omitiendo ideas y confesiones con la medida del prejuicio; suprimiendo, en cada corrección, mi sentir original. "Mejor omito esto... cambiaré también esto otro...", bastardeando el texto y quedando este completamente desvirtuado.

Me he atrevido a publicar, tal cual, alguno que otro post. Pero cuando apago el ordenador y me ocupo de otras cosas sigo pensando en corregir u omitir lo publicado. Y antes de terminar el día enciendo el ordenador de nuevo y procedo a mutilar (o abortar) el texto como es mi costumbre, esperando que nadie lo haya leído durante ese lapso de tiempo.

O se escribe plenamente desde el anonimato, o se escribe de forma calculada dando la cara. Pero quisiera ser capaz de sincerarme y decir "este soy yo, y esto es lo que pienso"; eso sería realmente válido y genuino. Sin embargo, el temor siempre mutila mi voz, y esto me causa cierta pena.

viernes, 22 de octubre de 2010

Momentos vergonzosos de mi vida.

Pienso que no hay que tomarse la vida tan serio y que uno debe ser capaz de reírse de sí mismo... lo pienso, pero me cuesta trabajo hacerlo. Narraré, grosso modo, 3 incidentes penosos que me hacen fruncir el ceño al recordarlos, esperando verles el lado chusco.

– 2do de primaria.

Tenía 7 años cuando un día de escuela tenía muchas ganas de ir al baño, pero la maestra no me dió permiso, así que debí obligarme a aguantar estoicamente hasta el recreo. Pero mi vejiga era débil y no pude resistir más. Me oriné en los pantalones en medio de la clase. Fue terrible. Lo curioso es que nadie a mi alrededor se dio cuenta sino hasta después. Para aumentar la impotencia que sentía, la maestra se desentendió del asunto, siendo ella la culpable. Fui a dar a la dirección y recibí el regaño de la directora, que me dijo, "¿Qué, eres un niño chiquito?". Con todo el sistema en mi contra, ni siquiera hice el intento de defenderme.

Para colmo, el siguiente año me sucedió lo mismo.

– Perdido en la jungla de asfalto.

Comencé a transportarme solo desde los 11 años. De la escuela a la casa debía tomar el Metro y un pesero. Pues un día no me fijé y tomé el pesero equivocado, que me llevó por rumbos desconocidos. Experimenté un pánico silencioso; me imaginé que nunca volvería a casa. Creo que el terror se me notaba en el rostro porque un pasajero me preguntó si me había pasado. Afortunadamente el pesero pasó por una calle que reconocí. Me bajé a la siguiente cuadra.

Me sentí como un verdadero idiota, pero esa sensación quedaría por mucho superada por un evento más humillante aún que sufriría años después.

– "Es que no sé andar en bicicleta..."

Era el año 2002. La necesidad apremiante me obligó a emplearme en una pizzería como Ayudante General (o sea, esclavo multiusos). El entorno laboral era pésimo, pero el sueldo era bueno, lo que me hizo pensar que permanecería un buen tiempo. La única dificultad eran las entregas a domicilio cuando eran lejos del local. Un día el gerente me ordenó entregar un pedido en bicicleta. Con toda la pena del mundo le dije que no sabía andar en bicicleta, e ingenuamente esperaba algo de comprensión.

-Tú ve a entregar estas pizzas- me dijo.

Debí insistir o negarme completamente, pero por no quedar mal intenté subirme a la bicicleta. Me caí varias veces. Ni siquiera el haberlo intentado me consuela. Hice el ridículo de mi vida, es decir...

El ridículo de mi vida. ¿Se entiende lo que quiero decir?

Regresé al local aceptando mi inutilidad. Los siguientes días mis compañeros me dedicaron bromas como, "le vamos a poner rueditas a la bicicleta" o "¿quieres una bici o un triciclo?". Por dignidad y fingir ante ellos que el incidente no me había afectado, seguí asistiendo durante los  siguientes 15 días. Después de eso, renuncié. A la fecha evito pasar por ahí.

Según la teoría de "ríete de tí mismo", habiendo rememorado estos sucesos, debería estar riéndome y de muy buen humor.

Cuánta risa... me siento muy mal.

jueves, 21 de octubre de 2010

Esa pasión llamada amor, parte 2.

Las cosas malas no impiden nuestras vivencias; sólo las entorpecen. Lo que nos detiene después es la huella que imprimen en nuestro interior. Admito que cometí un error de actitud. La soledad no me sienta mal, pero renuncié cuando debí sacar la casta.

No ha sido muy distinto desde entonces. Pero ya han pasado muchos años de aquellas experiencias y no puedo permitir que me definan. He de revisar y cuestionar viejas creencias arraigadas.

Aunque antisocial, Internet me ha permitido conocer personas que de otro modo difícilmente conocería; personas que jamás me hubiese atrevido a tratar. Gente muy valiosa cuya amistad me ha enriquecido. Me habría gustado que me conocieran antes de perder mi brillo, y entonces podría devolverles algo de lo que me han dado. Me explico: no puedo evitar mi tendencia a poner límites y alejarme porque me siento incapacitado para expresar afecto o para iniciar o sostener una relación. Excepto en mi infancia, jamás fui aventado. No tengo la menor idea de cómo flirtear y me vuelvo torpe cuando me sé observado. Si una mujer me gusta, me lo guardo porque lo considero invasivo. Los piropos son ofensivos y de mal gusto, y quienes creen que así ganarán el aprecio de una mujer, o que eso es una manifestación de hombría, se equivocan.

Con respecto a esto quisiera añadir algo. Hay quienes desarrollan cierta retórica y adornan sus palabras en busca de la admiración del sexo opuesto. Apelan a la parte emocional con sentimentalismos para conmover, y se dedican a perfeccionar su labia camuflada como franqueza. Pero su propio discurso los traiciona. A la larga su verdadera personalidad sale a flote y sus palabras resultan no encajar con lo que son. Seducir con falsas palabras me parece un engaño nefasto, un recurso deshonesto y desesperado.

En la mayoría de los casos, esta serie de artilugios tienen sólo una finalidad: un acostón. Según mi percepción, se busca algún tipo de satisfacción inmediata que lejos de retroalimentar, genera un vacío interno. Sócrates lo expresa mejor:

"La ternura de un amante no es una afección benévola, sino un apetito grosero que quiere saciarse".

No. Elijo la torpe sinceridad por encima de todo, y que las cosas se vayan dando por sí solas, de forma espontánea. Pero más importante que tener pareja o no, es cuestionarse: ¿por qué mi afán de conquistar a alguien? ¿cuál es la finalidad? ¿por qué lo busco y quiero? Pienso que esa búsqueda de pareja es válida y necesaria, pero es vital sentirse bien consigo mismo de antemano. De otro modo lastimaremos a las personas que sienten algo por nosotros.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Esa pasión llamada amor, parte 1.

El día está a punto de terminar y apenas he tenido tiempo para ponerme frente al ordenador y escribir brevemente sobre el amor de pareja, un tema incomprensible para mí y del cual sólo tengo ciertas nociones básicas merced a mi casi nula experiencia. Intentaré abordarlo sin caer en lo cursi.

Para ser honesto, en este mundo de apariencias el amor entra por los ojos, generalmente. Mi primer enamoramiento lo tuve a los 10 años, con una chica que vivía enfrente. Recuerdo cómo me daba vueltas el estómago ante la posibilidad de encontrarme con ella en cualquier momento. Al poco tiempo entablamos amistad. Una vez se me ocurrió hacerle un regalo (entonces no era tan acomplejado) que ella me correspondió con otro. Luego de eso le escribí una halagadora carta, por medio de la cual le declaré mi amor y nos hicimos novios. Entonces cambió su actitud y se tornó indiferente. Me saludaba, pero ya no platicábamos como antes. Éramos novios y estábamos más distanciados que cuando éramos amigos. Todo esto es insignificante ahora, pero cuando lo experimenté fue todo un drama. Pero aún me sentía bien conmigo mismo.

En la secundaria las cosas cambiaron. Me convertí en el clásico barquito y pasé por momentos muy vergonzosos que no describiré aquí pero quien haya atravesado por lo mismo entenderá que ser ridiculizado frente a una chica fulmina la autoestima. En esa etapa me conformé con ver a las chicas pasar, sin dirigirles la palabra más allá de lo estrictamente necesario como medida provisional.

La preparatoria, mi perdición. Ahí cobré plena conciencia de mi nulidad como hombre y como ser humano. Creo que la autoestima muere definitivamente cuando se es incapaz de asumir un rol de poder; cuando hay seres que, aunque inferiores, se colocan por encima de uno; la superioridad numérica se impone y cualquier oposición es reprimida sin miramientos. Me refiero a los llamados porros, con los que siempre tuve conflictos. De nuevo omitiré las humillaciones cometidas por éstos, son algo que quisiera olvidar.

Las cosas nos afectan según el poder que les damos. No sé cómo lo habrán vivido mis compañeros de entonces (jamás hablamos de los abusos que sufríamos) pero tengo la impresión de que no sufrieron la mella psicológica que yo. No entendía por qué me sentía agraviado mientras ellos parecían inmunes. Será porque aceptaron y se sometieron a las reglas del juego. Yo no lo hice, pero irónicamente me condené como débil mental por sentirme afectado.

Había una chica bellísima cuyo nombre jamás supe, que me encontraba ocasionalmente en los pasillos, en la entrada o el patio. Me lanzaba unas miradas que indicaban aprobación. ¡Que bien se sienten las mariposas en el estómago! Tuve varios contactos visuales con ella que inundaban mi mente el resto del día. Me hubiera encantado al menos charlar con ella tan sólo una vez. Pero el ser consciente del peligro latente en ese entorno inhóspito me hizo desarrollar una actitud defensiva y de rechazo, de temor a ser burlado y ridiculizado por los porros que gobernaban la escuela. Esa chica que nunca traté es de lo poco rescatable de esa etapa. Una de mis pocas alegrías ahí era la esperanza de ver pasar a la güerita.

Ese amor de pareja tan normal para otros se convirtió en inaccesible para mí. Debido a las malas experiencias me torné inseguro, lo que minó mi autoestima para siempre. Aprendí a compensar esas carencias con lectura, dibujo y espiritualidad, actividades constructivas pero que no involucran a nadie, y poco a poco fui abandonando toda aspiración a amar o ser amado en aras de la autosuficiencia. Gustarle a una chica o sentirme atraído por una y no atreverme a hablarle se convirtió en la norma, y cuando las emociones derivadas de eso aparecían, luchaba por aplacarlas.

La medida provisional se convirtió en resolución definitiva.

martes, 19 de octubre de 2010

En el principio...

Prólogo de mi blog experimental en Posterous, "Reminiscencias de una Mente Irregular":


No tenía un propósito definido para este blog. Lo usaba sólo para "pasar el rato" y probar sus funciones. Pero vivo encerrado en mis pensamientos y se me ocurrió darle salida a algunos de ellos, haciendo de este sitio un diario personal. Tal vez no sea el espacio adecuado; he visto algunos blogs en esta plataforma que abordan otros temas y de forma inteligente. Me parece que, o las experiencias personales ya pasaron de moda, o es incómodo externarlas. O será que quienes tienen su vida interior resuelta no tienen necesidad de escribir sobre ella.

Pero mi vida interior es desordenada y tengo la idea de que un diario me ayudará a organizarla. Y si no, al menos hice el intento y le dí buen uso a este espacio. Así que esto es una suerte de diario experimental, y para que este proyecto no se estanque, como suele suceder con los que duran mucho tiempo, escribiré, si las circunstancias lo permiten, todos los días durante un mes (leí un artículo que decía que escribir a diario en un blog es contraproducente y creo que es verdad; por eso me he fijado un corto periodo). Así, la intención de escribir no sufrirá la mella de la monotonía y diré lo esencial sin alargar mi discurso más allá de lo necesario.

Un blog personal es una especie de monumento virtual al ego y supongo que sólo interesa al propio autor, pero, ¿por qué no permitir que otros lo lean? Así que, a quien pase por aquí, bienvenido. Y si quiere comentar algo, adelante.

Martes, 19 de Octubre del 2010.
PD: este no es mi primer ni único blog... mi ego debe ser muy grande.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Bosquejo entrañable.

Aprovecho para rescatar este dibujo que encontré hace unos meses entre las páginas de un libro. Lo hice a mano alzada, sentado en mi cama, cuando no tenía teléfono celular con el cual tomar alguna foto.


Será del 2007. De cuando aún tenía yo la capacidad de manifestar afecto libremente.

viernes, 8 de octubre de 2010

Diario de un mes difícil.

Retazos de un diario que inicié para sobrellevar mis dificultades, entre ellas la muerte de mi Bebé, que me lanzó a una aguda depresión, lo que me faltaba para hacer mi vida aún más miserable. La intención era escribir todos los días y externar cuestiones íntimas que no podría publicar en mi blog "oficial", pero el eterno bloqueo mental hizo su parte. Y contrario a lo planeado (hacer una especie de duelo), comencé a escribir de las cosas más superficiales y de la forma más simple, menos de lo que sentía realmente. No me atreví a eliminar estas entradas y dada su poca extensión las he unido todas en una sola. Pero no reflejan el descalabro emocional en que me encontraba, producto de los días de enfermedad de mi Bebé y su posterior muerte, que llevo en la conciencia.

Me viene a la mente una frase de la Canción del Aromo de Atahualpa Yupanqui:



"...que no teniendo alegrías 
se hace flores de sus penas..."

— Las 8 de la noche.

Sábado 12 de junio de 2010.

Es Sábado, 12 de Junio del 2010 a las 8 de la noche... y tengo que estar volteando al reloj y revisando la fecha porque no tengo conciencia del día en que vivo. Así pasan estos días para mí, aparentemente tranquilos pero tensos a la vez. He adquirido el hábito de evadir mi soledad en el Internet, escuchando música, etc.

Extraño esos días que pasaba leyendo frente a la ventana, en mi cuarto con mi gato como única compañía...

¡Qué días aquellos, caray!

— Domingo dulce/amargo.

Domingo 13 de junio de 2010.

Dormí casi todo el día después de comer. Me levanté a las 7 de la noche y me puse frente al ordenador. Ese término para la computadora se lo aprendí a mi ex-novia. Quise visitar su blog para darme una idea de cómo ha estado pero ya no pude accesar a él: no se encuentra el blog que busca.

Tampoco está en mis contactos de Facebook. Eran formas mis formas de estar en contacto con ella. Debo saber cómo está, cómo ha llevado nuestro rompimiento. Tendré que enviarle un e-mail. Sé que no servirá de mucho, el daño está hecho. Pero debo disculparme con ella, aunque quizás eso sea contraproducente; podría reabrir la herida que ahora ya debe estar sanando.

La alegría de hoy consistió en que me encontré a una amiga en Messenger de quien estaba enamorado y aprecio mucho. Me reprochó ser cortante, que ya no la quería como antes y que no escribía en su muro en Facebook. Ah, ¡qué chica! Mis conversaciones con ella siempre han sido gratas; con ella nunca he tenido que protegerme ni fingir ser lo que no soy. Me alegra saber que aún me aprecia y espera le escriba. Es una lindura. Atesoro el día que la conocí en persona.

Pero esta alegría no logra compensar la desdicha más grande. Mañana harán 8 días que tuve que decirle adiós a mi bebé.

— A mi bebé.

Lunes 14 de junio de 2010.

Se me agolpan las palabras en la mente. Estuve una semana tratando de redactarte algo. Te mereces las mejores palabras que pudiera dedicarte pero no sé por dónde comenzar.

Bueno, que mi memoria y corazón hablen para tí...

— El día más plano.

Martes 15 de junio de 2010.

Podría ser especialista en cómo desperdiciar un día. Sólo se precisa un ligero estado depresivo, un estilo de vida rutinario, un dolor de cabeza, adicción a Internet, trastorno del sueño, una alimentación deficiente e indiferencia para con la vida. Condiciones que me convierten casi en Zombi. El momento del día fue un troll que invadió mi canal de You Tube, el cual, a su modo, terminó reconociendo mi sapiencia y talento.

Y es todo por hoy.

— Noche relax.

Miércoles 16 de junio de 2010.

Escuchando La Noche W (les dejé un saludo en Facebook) y escribiendo esta mini-entrada, después de un día que transcurrió sin darme cuenta; irrepetible a la vez que insignificante. De esos que hacen que uno se enorgullezca por haberlo superado con todo y su brutal monotonía. Nada mejor que un café caliente y música para cerrarlo... y olvidarlo para siempre, creo.

Estos días no podría escribir con profundidad aunque quisiera: estoy bloqueado. Otra vez. Las grandes inquitudes existenciales siguen ahí, pero mi cerebro no las procesa.

Por cierto, mi amigo el troll volvió a mi canal de You Tube. Sus comentarios no me inmutan, no como él quisiera. Está logrando el efecto contrario. Entre más se esfuerza en provocarme más risa me da, y debo reconocer que comienza a agradarme. Es el único imbécil que me ha hecho reír estos últimos dos días.

Ojalá no se aburra porque...

¡Hey! ¡Me acaban de saludar en La Noche W! ¡Genial!

Ahora sí, este día valió la pena.

— Nostalgia nocturna y software.

Jueves 17 de junio de 2010.

Casi no publico hoy. Estuve tratando de hacer un video de mi bebé con Windows Movie Maker pero el programa fallaba en guardarlo. Ni modo. Quedan esos proyectos en el disco duro. Hice uno en el deficiente editor de You Tube pero definitivamente no era lo que yo quería. Los recursos de ese nuevo editor son pocos. Así se me pasó el tiempo. Quería hacer algo especial para mi bebé pero me falló el software. En fin.

Como sea, la semana pasada subí los videos de mi bebé a You Tube para verlos de vez en cuando. Y en caso de que este ordenador haga "Ka-boom", también los tengo en el Skydrive, junto con las miles de fotos que le tomé. Es lo único externo que me queda de mi bebé. Dentro quedan el amor y el cariño.

Y el cargo de conciencia de no hacer lo debido en el momento preciso.

— Viernes zombi.

Viernes 18 de junio de 2010.

Hoy me dediqué a la lectura de Apocalipsis Zombi de Manel Loureiro. Tal ves termine de leerlo este fin de semana, depende de si estoy de humor. Este libro me ha regalado un par de sueños apocalípticos. Gracias Loureiro.

Son las 11:45 de la noche y sin embargo tengo sueño. Mientras escribo esta entrada emiten el remake de Night of the living dead por Internet.

Hace rato me ví en el espejo y no me gustó mi aspecto. Ojeroso y un poco pálido. Mi cuerpo ya resiente el estilo de vida desordenado, que me gustaría describir como bohemio, pero está lejos de serlo. Oh, no. Lo mío es más estoico. Y no debería sentir el menor orgullo, pero me he acostumbrado.

El troll de mi canal de You Tube regresó. Pero ya no tiene ese punch inicial. O será mi estado de ánimo porque esta vez no le encontré mucho sentido a sus flames.

— A la luz de una vela.

Sábado 19 de junio de 2010.

Tanto tiempo frente al ordenador ha nublado mi juicio y me ha hecho perder fuerza. Le he dedicado bastante tiempo descuidando otros ámbitos de mi vida. Mi propósito original era extraer toda la información posible para mi expansión mental, pero insensiblemente olvidé este propósito y ahora el mundo virtual absorbe brutalmente mi atención.

Pero hoy que se fue la luz y no pude conectarme pude percibir esa pérdida de lucidez: sentir el pensamiento poco claro, obstruido. Mi mente se encontraba estática, pero ahora que percibo con claridad tal estado y al faltar el estímulo que lo sustentaba, me he liberado de él.

Escribo estas líneas en un cuaderno, como en los viejos tiempos. Hacía tiempo que no me sentía tan bien.

Sólo me faltas tú, bebé.

— Mi amigo el troll.

Domingo 20 de junio de 2010.

Hoy es un día triste. Tuve que denunciar a mi amigo el troll por ir más allá en sus comentarios y atreverse a amenazarme. Cayó en mi juego todo el tiempo. Él creía hacer mofa de mí cuando en realidad era yo quien con mis comentarios lo hacía engancharse y dejar aún más comentarios, dándome armas para denunciarlo. Obviamente no lo he bloqueado ni lo haré; que siga cayendo en mi juego.

En verdad que la soberbia del Internet Tough Guy es risible. Lo he engañado todo este tiempo.

Estoy decepcionado, mi amigo troll es bastante tonto.

— Inicio de semana.

Lunes 21 de junio de 2010.

Y muy tranquilo. Me dí un buen baño y muchas cosas atraviesan por mi mente:

Que mi amigo el troll que ha vuelto a mi canal de YT y dice tener 100 cuentas, lo cual me parece gracioso.

Que mi ex-novia me dedicó una breve pero sentida entrada en su blog. La extraño.

Que mis amigos de Facebook son la neta del planeta y los quiero.

Que hace 15 días me tuve que separar de mi bebé. La tengo siempre presente.

Que en una hora comienza La noche W.

Que debo continuar mis esfuerzos evolutivos.

Que esta noche lluviosa amerita un café.

— Martes pesado.

Martes 22 de junio de 2010.

Me he sentido muy cansado todo el día. Creo que es tiempo para reordenar mi vida y no mal pasarme tanto. Un tío me dijo hace tiempo "No abuses de tu juventud". Eso me lo dijo hace más de 10 años y a la fecha no he aplicado su consejo. Sin embargo lo he tenido siempre en mente, como esperando aplicarlo "un día de estos".

Mi amigo el troll ha recibido la humillación de su vida.

— Sólo quiero verte bailar...

Miércoles 23 de junio de 2010.

Sólo quiero verte bailar...
como dejar el corazón latir
los dos parlantes afuera
la música en el balcón
cayendo por la vereda
en sonoro borvotón...

Es la canción que estoy escuchando.

Traducción: hoy no tengo nada qué decir.

— Nada especial.

Jueves 24 de junio de 2010.

Desde hace dos días tengo dificultad para responder al amable mensaje privado de otro usuario.

No tuve problemas para responder a cada ofensivo comentario de mi amigo el troll pero no soy capaz de redactar un mensaje cortés en respuesta al mensaje de aquél chico. Esto me preocupa. Me defino como un hombre de paz y estoy más dispuesto al intercambio de palabras hostil que a la conversación civilizada.

En mi cuenta alterna de Messenger, ví que una vieja amiga se ha conectado. Eso me alegra mucho. No me atreví a saludarla; siento culpa por no enviarle un correo durante todo este tiempo. Pero el verla activa en la Red me tranquiliza porque se encontraba enferma y dejó de conectarse desde finales del año pasado.

Mi ex-novia dejó un comentario en el escueto post que le dediqué en mi otro blog. Una chica especial, definitivamente. Ella merecía más de mi parte.

Una nota sobre Keanu Reeves me ha impactado, no por el artículo en sí, sino por la foto. Siento que me estoy viendo en el espejo.

Dios me perdone, por ser como soy.

— Viernes de...

Viernes 25 de junio de 2010.

¿De salir al antro?
¿De salir con la novia?
¿De ir con los viejos amigos a la cantina?
¿De visitar a los parientes?

¡Noooo! Viernes de Facebook, Justin Tv y You Tube, jajajaa!!!

— Pequeño triunfo virtual.

Sábado 26 de junio de 2010.

Me levanté a las 4 de la tarde por la desvelada de anoche. No me encuentro a mi 100%. Me he de encontrar en mi 25%. Y aún así triunfé.

Cuando creí haber humillado a mi troll lo suficiente, llevé su humillación a un nuevo nivel. Pocas veces en la historia de Internet se ven cosas como éstas.

Cuando un usuario inteligente, con dominio de sí mismo y que opina con fundamentos, le da juego a un troll, éste queda reducido a nada. Y es más humillante aún tratándose de un troll cuyo propósito es precisamente, desquiciar a los demás usuarios. El intercambio de comentarios fue casi en tiempo real, hasta que le dejé la mente en blanco y ya no era capaz de comentar asertivamente.

Pasarán algunos días para que este chico entienda qué pasó.

Y tuvo suerte de no encontrarme a mi 100%.

— Domingo sagrado.

Domingo 27 de junio de 2010.

Dedicado al descanso, a la nada... y a contemplar mi triunfo virtual sobre aquél intento fallido de némesis.

Terminó preguntándome mi edad para figurarse quién lo aplastó. Debe ser una incógnita para él quién es el verdugo tras el nick.

Ahora celebraré con un buen café y Los Años Maravillosos.

— Lunes...

Lunes 28 de junio de 2010.

Pues... nada qué decir. Este día no ofreció mucho.

Pero debo estar contento. Estoy vivo, relativamente sano y me tengo a mí mismo.

jueves, 7 de octubre de 2010

Los vecinos.

Una detestable entrada que nunca publiqué en mi blog "oficial". Estaba "cabreado" cuando la escribí. Data de Febrero del 2010, según recuerdo. Soliloquio incómodo para mí, pero que no me atrevo a eliminar, no sé por qué. Quizá porque contiene algo de verdad. En mi soberbia hasta me atreví a citar a Wilde.

"Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo."
Oscar Wilde.

Los vecinos. Esos seres reptantes que rompen sistemáticamente con cada norma de convivencia; que irrumpen en tu casa sin entrar en ella, gritándose los unos a los otros por no haber aprendido a hablar, gruñendo cual cerdos en rastro. Te enteras de todas sus problemáticas sin salir de tu casa.

Que observan a otros con desdén, convencidos de su superioridad (o tal vés fingiéndola), basada posiblemente en algun bien adquirido recientemente, como un auto o un otro bien; o talvés en una gran hazaña como haber tenido sexo, disparado un arma o matado a alguien. Seres determinados por el entorno, incapaces de contener una sola pasión. Obtienen su mayor realización en robar un auto o cualquier otra indignidad.

Se tornan hostiles a quien perciben distinto, e intentan parecer altivos ante él, como marcando su territorio, lo que parece un esfuerzo por hacerse notar, quizá porque en el fondo se saben insignificantes. Gente sin poder, inferiorizada.

Vacíos, carentes de humanidad y nobleza, viven como animales. Guiados por su instinto, por supervivencia, por placer; criados por la inercia de las circunstancias, sin ningún tipo de influencia que los refinara. ¿Libros, música, arte? No existen en su mundo. Ellos idiotizan su cerebro con televisión.

Él, un obrero agobiado por las deudas y el trabajo, incapaz de vislumbrar el mínimo aspecto del verdadero sentido de la vida. Su esposa, o la p****e perra, como él le llama a gritos, se dedica a cocinar y cuidar a los hijos. Éstos, pequeños sub-humanos que no respetan a nadie por imitación de sus padres. Una prole miserable que se reproducirá infinitamente, socavando a la sociedad.

Sus fines de semana, definidos por los estímulos de siempre: alcohol, música y una "conversación" que siempre girará en torno a la defensa de un equipo de futbol o un partido político, y que finalmente degenerará aún más en misoginia y albures. Reuniones que siempre terminan en golpes. Su "música", primitiva. Reggaetón, duranguense, norteña, rancheras, cumbias, narco-corridos. Música para aturdir los sentidos, la favorita del populacho. Sus días de descanso, prestos para ver "el fut", comiendo tacos y bebiendo cerveza o una michelada "pa' la cruda".

Tal es su modus vivendi, embrutecedor. Tales son ellos, seres innecesarios. Hijos de la masa que reducen todo a su medida.

miércoles, 6 de octubre de 2010

La esclavitud del amor.

[Esto lo escribí en Marzo o Abril del 2010. Revela mi incapacidad de entablar relaciones y mi carácter anti-social. Por estos defectos lastimé profundamente a la única persona que me ha amado en mi vida. Parece que sólo le causo decepción y sufrimiento a los que me quieren, y es por eso que me alejo. Pero es algo que no podría explicarles y que no entenderían aún si lo hiciera, porque para ellas amar es algo necesario y natural, parte de la vida.

Yo ya no entro en ese mundo
].

Conocer a una persona e involucrarme con ella es algo que no acostumbro hacer. Procuro mantener mis relaciones personales "a raya" y no entablar vínculos profundos. No me gusta que entre una persona y yo haya algún vínculo emocional de por medio porque a la larga éste se convierte en una carga, una loza, al convertirme de repente en responsable de lo que otra persona sienta.

Y cuando esa persona te echa en cara cuánto te ama y sufre por tí entonces esa relación se convierte en esclavitud, en chantaje; en cargo de conciencia, en manipulación. Amar se convierte en una obligación, un compromiso, y la espontaneidad se ha ido por un tubo: DEBES ser recíproco, de otro modo eres un insensible malagradecido. La persona te echa en cara su sufrimiento para hacerte sentir culpable, mantenerte enganchado, y de repente te encuentras sosteniendo una relación porque estás en deuda. Has sido injusto, egoísta, un ser despreocupado que no toma en serio las cosas.

Tal es mi situación ahora, una relación que comienza a asfixiarme. Esta sensación de asfixia es más intensa en mí, un esquizoide que andaba libre sin preocuparse por los sentimientos de nadie. Esta nueva esclavitud me rebasa y francamente comienzo a hartarme. Yo nunca había tenido una relación formal, pero si esto es amor, esclavitud y chantaje, entonces es una trampa, una camisa de fuerza.

Pero no pienso someterme internamente. Voy a luchar contra esta relación, la soportaré lo mejor posible, con buen ánimo, sin saber qué pasará después o si terminará y cómo será cuando termine. Ya vislumbro reproches, llanto y tragedia.

Extraño mi libertad y soledad.

domingo, 3 de octubre de 2010

Mad Max 2 intro.

"...Y se convirtió en un hombre vacío... un hombre quemado y sin ilusión. Un hombre que, obsesionado por los fantasmas de su pasado, se lanzó sin rumbo... al páramo..."


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