No ha sido muy distinto desde entonces. Pero ya han pasado muchos años de aquellas experiencias y no puedo permitir que me definan. He de revisar y cuestionar viejas creencias arraigadas.
Aunque antisocial, Internet me ha permitido conocer personas que de otro modo difícilmente conocería; personas que jamás me hubiese atrevido a tratar. Gente muy valiosa cuya amistad me ha enriquecido. Me habría gustado que me conocieran antes de perder mi brillo, y entonces podría devolverles algo de lo que me han dado. Me explico: no puedo evitar mi tendencia a poner límites y alejarme porque me siento incapacitado para expresar afecto o para iniciar o sostener una relación. Excepto en mi infancia, jamás fui aventado. No tengo la menor idea de cómo flirtear y me vuelvo torpe cuando me sé observado. Si una mujer me gusta, me lo guardo porque lo considero invasivo. Los piropos son ofensivos y de mal gusto, y quienes creen que así ganarán el aprecio de una mujer, o que eso es una manifestación de hombría, se equivocan.
Con respecto a esto quisiera añadir algo. Hay quienes desarrollan cierta retórica y adornan sus palabras en busca de la admiración del sexo opuesto. Apelan a la parte emocional con sentimentalismos para conmover, y se dedican a perfeccionar su labia camuflada como franqueza. Pero su propio discurso los traiciona. A la larga su verdadera personalidad sale a flote y sus palabras resultan no encajar con lo que son. Seducir con falsas palabras me parece un engaño nefasto, un recurso deshonesto y desesperado.
En la mayoría de los casos, esta serie de artilugios tienen sólo una finalidad: un acostón. Según mi percepción, se busca algún tipo de satisfacción inmediata que lejos de retroalimentar, genera un vacío interno. Sócrates lo expresa mejor:
"La ternura de un amante no es una afección benévola, sino un apetito grosero que quiere saciarse".
No. Elijo la torpe sinceridad por encima de todo, y que las cosas se vayan dando por sí solas, de forma espontánea. Pero más importante que tener pareja o no, es cuestionarse: ¿por qué mi afán de conquistar a alguien? ¿cuál es la finalidad? ¿por qué lo busco y quiero? Pienso que esa búsqueda de pareja es válida y necesaria, pero es vital sentirse bien consigo mismo de antemano. De otro modo lastimaremos a las personas que sienten algo por nosotros.
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