Escribo esto al vuelo y por entero desde el hemisferio derecho.
Creo que he sido demasiado redundante con la cuestión de la introversión y la soledad que genera. He experimentado desde una soledad tolerable a la más aguda. Sin embargo, esto no me ha impedido tener relaciones. No he tenido muchas, sólo tres en toda mi vida. Aprendí mucho de esas experiencias pero definitivamente la que más me marcó fue curiosamente la más efímera. Esa fue la que más ha conmovido mi mundo interno.
En este blog he escrito mucho sobre esa persona. Nunca menciono su nombre. Le llamo la "Señorita Y", no recuerdo por qué se me ocurrió comenzar a decirle así.
Nos conocimos por una amiga en común en Facebook. Fue curioso porque cuando yo accesé a su perfil y observé sus fotos, me pareció una chica físicamente agradable, pero no me causó una impresión profunda. Aparecía muy seria y calculé que era una persona de carácter áspero. Comenzamos a conversar y fuimos entablando un vínculo de amistad muy grato. Con el tiempo ella comenzó a darme a entender que yo le gustaba, lo que me sorprendió muchísimo. Mi reacción fue, por un lado, de alejamiento pero a la vez de dicha por saber que había alguien allá afuera que se interesaba en mi.
Llegó un momento en que conversábamos mucho por este medio. Ella me propuso que deberíamos vernos en persona, pero por los complejos que he mencionado antes siempre le puse pretextos y evadía sus invitaciones. En varias ocasiones ella me invitó a salir de paseo durante un fin de semana a cualquier lugar fuera de la ciudad. Sus invitaciones me generaban cierta presión pero también entusiasmo. Un entusiasmo que se vio coartado por mi timidez. Deseaba verla pero la timidez me lo impedía. Incluso llegué a pensar que se trataba de una broma o que no era ella la de las fotos. Precisamente los introvertidos somos aún más desconfiados que la gente normal.
Pero no resultó ser broma. Y sí era ella la de las fotos. Por fin nos conocimos en persona... y fue muy significativo para mi ese encuentro. A partir de ese encuentro, las cosas cambiaron. Casi desde que nos conocimos, ella dio visos de aprobación hacia mi, es decir, no solo como amistad sino para algo más... y yo no le correspondí. Pero después de conocernos físicamente, se invirtieron los roles. Ella comenzó a alejarse y fue cuando yo comencé a sentir un interés más profundo. Podría decirse que fue cuando realmente comencé a enamorarme; cuando mi cerebro comenzó a liberar
dopaminas por ella.
Pero a su vez ella fue distanciándose. Ahora ella era quien se alejaba y yo quien la buscaba. Fue una etapa bien difícil que no he superado del todo. Esto ocurrió hace un año más o menos Durante varios meses pensaba en ella todo el tiempo y evocarla me alteraba emocionalmente. Pero decidí no importunarla más, darle su espacio e intentar aceptar que, bueno, ella ya no quería saber de mi. Pienso que su alejamiento se debió a mi carácter. No es que sea yo una persona conflictiva o negativa pero sí difícil de tratar por que no soy muy abierto. Esa barrera desanima a la gente o le hace pensar que yo no quiero tener relación con ella.
Poco a poco traté de asimilar su distanciamiento. En cierto punto creí haberlo superado... pero me equivoqué.
Estoy lidiando actualmente con un incidente que podrá ser una bobada visto desde una perspectiva amplia, pero a mi me pegó muchísimo y trajo al presente todo ese torrente de emociones que yo creí ya había superado. Y precisamente fue por un estímulo muy bobo pero que me impactó demasiado: ella sostenía una conversación con otro chico en Facebook, y en sus comentarios se dejaba entrever una atracción mutua. Manejaban mucho lenguaje figurado, de doble sentido, y él le daba a entender que quería tener relaciones sexuales con ella. En un momento dado ella subió una foto muy sugestiva, por decirlo así [con lencería, recostada en su cama, mostrando parcialmente sus "encantos"]. Después quedaron en verse y acordar el día por mensaje privado.
Esto me produjo una mezcla de emociones muy rara porque, por un lado lucía hermosa y me arrancó un hondo suspiro. Y por el otro me golpeó ver que el que ella haya subido esa foto; fue una forma de ofrecérsele a ese muchacho. No sé qué me pasó en ese momento. La mente es muy traicionera; encierra muchas cosas ocultas que ignoramos que están ahí, pero de repente surgen. Y al ver esta foto, no pude evitar comentarla. No mencionaré qué comentario fue pero, estuvo mal. No debí hacerlo pero fue algo impulsivo. En el fondo me sentí desplazado, rebasado. En previas conversaciones quedamos como amigos pero con este incidente conscienticé con toda su fuerza el hecho que yo ya había sido
descartado, a pesar de que supuestamente ya lo había aceptado meses atrás.
Y es lo que enfrento actualmente. Ese desengaño, el saber que en realidad aún sigo pensando en ella y todavía estoy enamorado de ella. Pensaba que todos esos sentimientos ya se habían desvanecido, pero ese estímulo los sacó a la luz otra vez, los reveló otra vez.
Esto fue hace tres días, es reciente y sigo, como se dice comúnmente, "sacado de onda". Y me encuentro en esa etapa en que uno piensa obsesivamente en aquella persona. O el solo hecho de imaginarla con alguien más, eso ya produce una ansiedad y desesperación. Eso de algún modo sacude mucho la psique. Pero vamos, es algo que no se puede evitar, es decir, la gente no nos pertenece, tiene derecho a elegir, uno debe dejar que la gente haga lo que quiera. Si la gente se aleja, no debemos insistir. Hay qué respetar su voluntad. Y bueno, yo formé parte de su vida por un tiempo, muy efímero quizá, pero en el fondo no lo acepto todavía.
Actualmente "Y" se comporta muy cortante conmigo. Ella dice que tiene problemas, que no es personal. Pero yo siento que esa actitud es solo para conmigo y no con aquél chico u otras personas. Y eso me afecta mucho. Es como un corto circuito porque recuerdo todo lo que compartí con ella, cuando me buscaba, me prodigaba afecto, decía quererme... y de repente, ya no siente nada por mi. Ya no le resulto una compañía grata. Y he pasado de ser alguien especial a ser una molestia o solo un contacto más.
Y hay qué aceptarlo, pero es difícil. Yo solía burlarme de la gente que se enamora. La soledad me confería cierta arrogancia de sentirme libre de ataduras. Pero esta chica me demostró que, por un lado, aún tengo la capacidad de amar, de sentir afecto profundo. Y me desengañó, demostrándome que no soy tan independiente como pensé. Yo me tenía por una persona relativamente libre de la aprobación de los demás. Y resulta que no es así, dependo mucho de la aprobación de esta persona.
Ayer intercambiamos una serie de mensajes y me respondió muy cortante. No lo recibí muy bien y admito que por un momento casi me gana el llanto al leer la frialdad de sus mensajes; pero ella insiste que en no es personal, que se debe a problemas que tiene en general. Sin embargo, como mencioné anteriormente, con los demás no es así, con los demás es alegre, como siempre.
Creo que no volverá a ser lo mismo después de lo que hice (ese comentario tan fuera de lugar). Ni siquiera una disculpa es suficiente, el daño está hecho. No tuvo repercusión en su círculo social; sólo lo leyeron ella y su pretendiente pero con eso bastó. Ese pequeño comentario causó suficiente daño, y además le causó una decepción profunda, porque no esperaba que yo llegara a comentar eso. Pero es extraño porque se supone que habíamos quedado como amigos, luego entonces mis celos son infundados. Mi reacción tendría justificación si ella fuese mi novia, pero no lo es, es mi amiga... o era.
Apenas comienzo a valorar lo afortunado que fui al conocerla y al poder estar con ella. Como dice la frase, "nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido" y es cierto. A veces los seres humanos somos muy torpes, no valoramos a las personas cuando están con nosotros.
Tengo una fantasía recurrente. Cómo me gustaría viajar al pasado y corregir las cosas que no hice bien con ella. No me refiero solo a este incidente reciente sino a experiencias anteriores. Porque inicialmente yo sí la rechazaba mucho. Sin embargo, ella no dejaba de buscarme. Me hablaba por teléfono, me enviaba mensajes, me mandaba mails, me escribía por Messenger. Y yo era muy distante. Y a veces fantaseo con eso, en cómo me gustaría viajar un par de años atrás y ser para ella lo que ella esperaba. Corresponderle bien. Y quizá ahora estaríamos juntos. Pero es una fantasía solamente.
Podría parecer exagerado pero la señorita "Y" es como un milagro en mi vida porque me hizo romper esa coraza en la que yo me resguardaba. Me hizo romper con eso. Y en el tiempo que estuve con ella yo me sentía bien diferente; nunca me había sentido tan bien. Fue una experiencia bastante bella. Lo curioso es que cuando comenzó a alejarse, mi mente comenzó a invalidar mi experiencia con ella, es decir, le restó solidez, por decirlo de algún modo. No encuentro las palabras para explicarlo pero ante el dolor del rechazo mi mente prefirió interpretar nuestra relación como algo imaginario.
Pero vaya, a pesar de lo que ha pasado, de este último problema que generé, a pesar de todo, prevalece el amor que le tengo. Quizá si se lo dijera no me lo creería. Creo que las personas solitarias valoramos mucho más los vínculos emocionales porque no nos son tan comunes; lo poco que tenemos lo valoramos más. Y bueno, de nada serviría que le dijera que la quiero o estimo porque valen más los hechos que las palabras. Y yo nunca fui capaz de demostrárselo como ella hubiese querido. Así que finalmente no me queda mas que aceptar todo esto. Nunca lo aceptaré del todo. Pero siempre va a tener un lugar en mi corazón, siempre siempre. Y me considero afortunado por haberla conocido porque si no fuera por ella no habría descubierto lo mejor de mi. No habría roto con esa coraza. Que fue solo temporalmente porque después de que terminamos, volví a ser el mismo tipo cerrado. Pero al menos tuve la oportunidad de abrirme, una vez en mi vida, gracias a ella y vivir la experiencia de compenetrarme con alguien. Fue algo muy bello.
Ella nunca va a leer esto, pero sí le digo que es una persona muy importante y que merece ser feliz. No queda mas que desearle lo mejor. Ayer me dijo que se encuentra en medio de una crisis. Siento que lo ha inventado para alejarme y deje de molestarla. Pero asumiendo que es verdad, espero la supere pronto. La felicidad no debería serle ajena. Bueno, a nadie debería serle ajena, pero a la gente que más apreciamos es a la que le deseamos lo mejor. Y ella merece lo mejor.
Es todo.