sábado, 21 de abril de 2012

Resurgen los Demonios.

Y se han manifestado potentes.

Después de un año, vuelvo a solicitar ayuda en "Apoyo Psicológico Online". Redacté esta petición en sólo una hora. ¿La razón? Un estímulo ambiguo, positivo y negativo a la vez. Muy confuso y abrumador.

A Apoyo Psicológico Online:

Mi nombre es -----, tengo treinta y dos años. Tuve una relación fugaz hace un año, basada más que nada en lo físico. Concluyó pero quedó en mi psique un rastro de "aprensión" a aquella persona. El sólo hecho de pensar en ella me producía ansiedad y desesperación... una sensación se asfixia. Con el tiempo este padecimiento disminuyó y creí haberlo superado. Seguía en relativo contacto con ella y digamos que mi cerebro se conformó con eso.

Pero ayer que, mediante Facebook, la vi coqueteando con otro chico, me sentí desplazado. El colmo fue cuando ella subió una foto muy sugestiva; entonces sentí una contracción en las vísceras. Me impactó demasiado. Me hizo corto circuito el ver cómo prácticamente ella se le estaba ofreciendo a aquél muchacho. Toda esa ansiedad se desencadenó otra vez y consigo esa sensación sofocante. Me di cuenta que no he superado dicho estado. Solo permanecía latente, esperando el estímulo adecuado para ser reactivado. Me tomó por sorpresa.

Sé del papel fundamental de la química cerebral con respecto al "amor", que en realidad es solo un "feromonazo". He buscado información sobre cómo opera ese fenómeno en el cerebro, cómo se activa, etc. Obviamente mi documentación es muy pobre y no se compara con una investigación seria. Pero cuando este fenómeno me ocurre, al menos ya cuento con cierta munición intelectual para abordarlo. El problema es que a pesar de tener toda esta información y recurrir a ella cuando me pegan los celos o "el feromonazo" (ayer fue una mezcla de ambos: una extraña explosión de dopamina al verla en esa foto y al mismo tiempo la decepción de que se está ofreciendo a otro) no puedo superarlos.

Mi pregunta es, ¿cómo puedo disolver dicho estado cuando se presenta? Practico meditación y por un momento parece que lo estoy venciendo. Pero de repente, se presentan todas esas pantallas mentales y me golpean con todas las emociones que conllevan; incluso el solo imaginarla relacionarse con alguien más en el plano sexual o ser consciente de esa posibilidad, me produce este estado. Es muy molesto y pernicioso. No quiero sentirme así y no quiero volver a experimentarlo. ¿Cómo hago para deshacerme de él? ¿Por qué es tan fuerte, qué le da tanto poder? Quiero ser libre y no depender de ello ni volver a experimentarlo nunca. Es como un "quiste psicológico".

Les agradezco de antemano y gracias además, por todo el conocimiento que nos comparten.

Espero impaciente la respuesta.


Actualización, Martes 3 de Julio, 2012.

Pensé que nunca obtendría respuesta alguna. Nuevamente fui remitido a otro caso que quizá no sea muy similar al mío. La diferencia es que aquél chico imagina cosas que no son. Pero el consejo que le dan es bueno y me ha servido.

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