Encierro total.
17 de Enero de 2011.
Estuve como tú. Tampoco salía de casa, no hablaba con nadie por días y pasaba mucha angustia ante la idea de salir, o incluso al recibir alguna visita, que se mostraba sorprendida de mi estado desaliñado, lo que me hacía sentir más hundido. Lo que hice fue obligarme a salir. Primero a darle vuelta a la cuadra, resistiendo esa angustia y examinándola al mismo tiempo. Al regresar a casa me daba cuenta de que el temor a salir o ser visto no residía en el hecho en sí, sino en mi propia inseguridad. Pero al día siguiente el temor se había re-implantado en mi mente, y de nuevo me obligaba a salir, recordando la noción a la que había llegado el día anterior. Así fui ganando terreno.
Todavía siento algo de temor a salir, pero éste ya no me frena ni me gobierna. No lo he vencido del todo, pero ya no me siento petrificado al salir o convivir con otras personas. Te recomiendo ese "ejercicio", lo importante es que antes de salir te relajes (así, como Spiderman). No te tenses ni adoptes una actitud defensiva, porque eso incrementa la angustia. Piensa que las personas que te llegues a encontrar no son mejores que tú, son sólo simples mortales.
Sé que se leerá obvio, también te sugiero acudir con un profesional. Y no hagas caso de lo que tu familia dice. Que tu objetivo sea salir adelante. Lo importante es que quieres cambiar tu situación. Así que la voluntad la tienes. Sólo te falta esa pequeña ayuda la cual, la mayoría de las veces no llega sola. Tienes que buscarla. Y también tienes este foro.
Primeras experiencias laborales.
16 de Enero, 2012.
Las primeras experiencias laborales no fueron muy gratas. Para empezar, mi búsqueda de empleo fue bastante penosa. El temor me obstaculizaba siempre. Me ponía nervioso de sólo pensar en tocar una puerta o entrar a un local y solicitar empleo. Simplemente no lo soportaba. Muchas veces el miedo a hablar con otras personas era tal, que pasaba de largo frente a los locales donde solicitaban gente. Así perdí varias oportunidades. También, era constantemente rechazado por no llevar algún documento (CURP, una carta de recomendación, etc).
Por cierto, en todo ese periodo jamás conté con ningún apoyo, ni moral ni económico. Llegó el momento en que, ya con poco dinero, debía meditar cada gasto y muchas veces debí recorrer largas distancias a pié a fin de ahorrar en pasajes y hacer rendir el dinero al máximo. También me quedé días sin comer. Es horrible irse a la cama con el estómago vacío, la angustia de la situación en general y el temor de enfrentarla al día siguiente.
Una vez encontré empleo lavando autos. Me contrataron sin necesidad de documentos. Estaba desesperado y lavé autos por una semana. Desistí debido que era extenuante y al temor de que algún vecino me reconociera, ya que el local quedaba relativamente cerca de mi casa.
Sí, era un sufrimiento absurdo (bien pude pedir ayuda), pero entonces mi fobia social se encontraba en su grado más intenso, lo que me impidió hacer cosas que de ordinario haría.
Poco después conseguí un modesto empleo en una pizzería como ayudante general. No me satisfizo (ahí sufrí un poco de bullying) pero al menos ya tenía una fuente de ingresos que me permitiría remontar un poco. Fue mi primer empleo formal por decirlo así, y tampoco duré mucho (tres meses). De hecho durante ese tiempo era bastante inestable y brincaba de un empleo a otro, con largos periodos de inactividad. Pero eso de algún modo me ayudó a ganar confianza.
Todo esto fue hace 10 años ya.
Actualmente mi vida laboral es... aceptable, por no decir mediocre. No gano tanto como quisiera, pero alcanza para pagar las cuentas y el sustento básico. Me he acostumbrado a los percances propios de cualquier entorno laboral: los conflictos, las habladurías, los abusos, pagos retrasados o incompletos, la posibilidad de un recorte de personal, etc. De cualquier modo, me encuentro mejor que antes. Esa época me desgastó demasiado y en realidad no aspiro a mucho.
¿Te sientes y estás solo día a día?
18 de Febrero de 2012.
Me siento aislado a pesar que de mi estructura de vida me obliga a convivir con otros. Pero es una convivencia superficial que no va más allá. De algún modo es como estar solo, pues jamás se comparte alguna inquietud personal. Es como introducirse a una obra de teatro cuya historia es prácticamente inalterable y en la cual no se puede incidir mucho. No es que la vida sea así. Lo es sólo para quien vive sometido por su apocamiento.
La mayor parte del tiempo estoy físicamente solo. Aunque tengo parientes jamás les hablo y ellos tampoco a mi. No voy a visitarlos, así como ellos tampoco vienen a visitarme. Amigos, pareja... ni pensarlo. Mi círculo social es limitado, por no decir inexistente. Mi compañía constante es un gato. Llevo una vida tranquila, sin emociones fuertes, pero solitaria.
Uno nunca se acostumbra totalmente. Siempre habrá la necesidad de un oído amigo que nos conceda un poco de comprensión o empatía y no juzgue. Yo sobrellevo esas carencias emocionales y períodos difíciles con un diario, meditación, lectura y ejercicio, básicamente. Antes la soledad me oprimía, la consideraba injusta. Ahora he aprendido a lidiar con ella.
¿Cuánto se puede soportar? No lo sé. Mi período de aislamiento más extenso (no salir a la calle, no hablar con casi nadie) duró poco más de un año. Experimenté una especie de "parálisis emocional" en la que no sentía nada, no me importaba nada. Las personas me parecían entes fantasmales, intangibles. Perdí contacto con la realidad y fue la necesidad económica lo que me obligó a reintegrarme a ella. Fue muy difícil porque ya no me sentía parte de este mundo. No sé qué habría pasado de seguir así. Quizá habría perdido la razón o me habría muerto de hambre.

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