Soy consciente de que hice mal aquella vez. Fui muy invasivo y grosero contigo. Traicioné tu confianza. No debí entrometerme y menos del modo en que lo hice. Cuando vi cómo coqueteabas con ese chico, se me removieron muchas cosas que yo creí conclusas hace tiempo. Fue una reacción muy negativa e inmadura de mi parte.
Además, eres una mujer independiente y libre de hacer lo que quieras.
Me disculpo contigo aunque sé que de nada sirve pues el daño está hecho. Sé que te fallé como amigo y decepcioné como persona. Decidí alejarme para no hacerte más daño y para que ya no tengas qué lidiar con la molestia de interactuar conmigo. No me creerás pero también estoy decepcionado de mi mismo.
Sin embargo, antes de eso ya te notaba distante. Era obvio que ya no querías saber nada de mi, pero yo no quería verlo. Me cayó el veinte cuando leí que le escribiste a tu amigo que estarías encantada de platicar con él. Entendí el mensaje. No me es fácil de aceptar pero es lo correcto: hay qué dejar a la gente en paz cuando la hemos defraudado o simplemente le resultamos ya, poco grata. Así que no te preocupes que no te molestaré más por ningún medio.
Bueno, te digo lo mismo que hace un año: sé feliz. Y recuerda que eres una mujer especial y una dama. Y esto último debe quedarles bien claro a los que pretendan algo contigo.
Aunque no lo creas siempre te voy a querer.
Pues eso, chamaquita. Un abrazote y hasta siempre. ;)

No hay comentarios:
Publicar un comentario