Sin embargo, al regresar e intentar abrir el zaguán, no pude hacerlo. Ahí afuera estaban los distribuidores de agua esperando que alguien entrara o saliera para poder acceder en la unidad. Fue algo muy chusco porque estuve alrededor de cinco minutos tratando de abrir. Uno de ellos me observaba impaciente y yo tímidamente le dije, "no vayas a creer que estoy borracho, simplemente no puedo abrir". Rió sutilmente pero seguro que en fondo pensó que yo era un idiota incapaz de abrir un simple zaguán. Finalmente, el que recoge la basura, abrió desde dentro.
Lo interesante es que esta cagada (acción torpe o equivocada) antes me hubiera acomplejado bastante y hundido en una breve depresión. Le habría dado mil vueltas al incidente, lamentando haber quedado como idiota frente a un par de extraños. Ahora fue completamente distinto. Sí me sentí un poco apenado al no poder abrir pero no pasó de eso. Y al entrar a casa y cerrar la puerta tras de mi, dicho incidente se quedó afuera. No hizo mella importante en mi psique. Por el contrario, ni siquiera la presencia de vecinos o extraños me importó. No estuve nervioso al andar por la calle. Creo que he superado mis complejos de modo importante pero conservo la idea de que "me da miedo salir y ver gente". Hoy he comprobado que esa idea es falsa.
¿De dónde ha surgido esa inusual seguridad? Será que esta última semana me ha curtido.
Gracias, señorita "Y".
No hay comentarios:
Publicar un comentario